La bodega Albet i Noya denunció este lunes a través de las redes sociales los daños que ha sufrido su finca El Fanio, en Sant Pau d’Ordal (Alt Penedès). Según explicaron, las viñas, que son de entre las más emblemáticas de la bodega y que ellos mismos consideran las «más especiales», sufrieron el que definen como un «ataque brutal». Unas veinte cepas fueron «arrancadas, trinchadas y maltratadas», dejando el que solo podían definir como un «panorama desolador» a una de sus viñas «más bonitas».
El hombre, el elemento más destructor
Desde Albet i Noya destacaban que «no teníamos bastante con la sequía, con los jabalíes» que ahora, por si todo ello fundido poco, también tienen que «luchar contra la estupidez de algunos ‘humanos'», que han destrozado cepas con más de 50 años de historia, dejando patente que, a pesar de todo el que han tenido que soportar, finalmente «la mano del hombre» ha sido el elemento «más destructor» con que han podido topar.
La bodega agradece las muestras de apoyo
Por todo ello, los responsables de la bodega también explicaban que estaban «tristes» pero «sobre todo enfadados» y dieron las gracias a todos quienes los han hecho llegar muestras de apoyo ante esta pérdida. Una pérdida que, apuntan, no es «grande» desde el punto de vista del aspecto económico, pero sí que lo es desde el punto de vista «emocional» por el gran valor que tiene la finca El Fanio como emblema de la bodega.
Albet i Noya ha recibido docenas de mensajes lamentando la pérdida sufrida y también la actitud inconsciente e incívica de quienes lo han perpetrado, una muestra de hermandad en el mundo de los amantes de la viña y el vino que se repite cada vez que hay algún incidente que afecta una de las bodegas del país, pero que todavía lo ha estado más ante unos daños injustificables y que han tenido en la mano humana su causante.
