Los trabajadores de Freixenet no están de acuerdo con el ERE que ha presentado el grupo del sector vitivinícola. Desde que la empresa anunció que quería despedir al 24% de su plantilla, no ha habido día en que el comité de empresa no haya denunciado el abuso que supone esta decisión. Movilizaciones por el día del Trabajador, constantes reclamos a los directivos de Freixenet y, en última instancia, recurrir al Parlamento. CCOO, el sindicato mayoritario de la compañía asegura que las causas del despido de un cuarto de los trabajadores de la compañía es una respuesta «demasiado definitiva» para un problema «temporal», como es la sequía. Aún así, también creen que la decisión va más allá y especulan que la empresa vitivinícola ha decidido reducir la mano de obra porque el consejo regulador de la DO Cava mantiene unas normas muy estrictas en términos de producción. Un reglamento que para Comisiones Obreras «está obsoleto» y provoca, de rebote, que algunas empresas se escuden en la falta de cultivos para despedir trabajadores.
«La DO tiene una normativa para preservar la trazabilidad y calidad, y por lo tanto regular también la uva permitida, como en todas Denominaciones de Origen», aseguran fuentes de la DO Cava a Vadevi. Aunque desde el consejo regulador prefieren no hacer valoraciones sobre las decisiones empresariales de Freixenet, sí confirman que las reglas del juego del cava no son más que unas medidas para obtener la mejor calidad para estos espumosos catalanes. De esta manera, también concretan que desde que la sequía se convirtió en una pesadilla, el consejo regulador ya hizo algunas concesiones para perpetuar la supervivencia de las empresas para las que trabaja y ampara. Una opinión que desde el sindicato no comparten y aseguran que se necesitan más cambios «y no solo por la sequía, cambios estructurales de las maneras de hacer», explica Antonio Domínguez, responsable del sector del cava de CCOO y delegado en Freixenet. En este sentido, para los trabajadores la rigidez de la normativa responde a «una fotografía obsoleta del sector» y un elemento que pone en peligro la estabilidad de los puestos de trabajo, mientras que para el consejo regulador es la única manera de reforzar la transparencia en cuanto a la calidad de sus productos.
Ahora bien, desde Comisiones Obreras están dispuestos a llevar la situación ante la administración pública y toman lo que está pasando en Freixenet como un ejemplo clarificador de lo que podrían implicar a largo plazo estas normativas, entre otras cosas la inseguridad de los trabajadores y trabajadoras del sector. De esta manera, el sindicato insta a la Administración y al Consejo Regulador del Cava a tomar las medidas necesarias, de manera urgente, para «buscar mecanismos que permitan flexibilizar las normas actuales para buscar soluciones, teniendo en cuenta la preocupante situación del sector, provocada por el cambio climático«, lamentan en un comunicado, donde también recuerdan que «si no se adoptan estas medidas, está en riesgo el futuro de un producto emblemático como es el cava, muy arraigado a nuestro territorio, y también el de las personas que trabajan en el sector y sus familias».

A pesar de la diversidad de opiniones, la realidad es que hay algo que no funciona. Freixenet -que continúa sin querer hacer declaraciones sobre el ERE a este diario- presentó la documentación que vinculaba el despido a razones «económicas, organizativas y productivas por la sequía». Así, la empresa concluía que no había más remedio que despedir a parte de la plantilla, porque la producción no había sido la que era y podría no recuperarse del todo. Una decisión que tambalea, a juicio de los sindicatos, y que tampoco parece encajar con la visión que tiene el consejo regulador sobre el futuro de la producción. De hecho, CCOO insiste en que hay otras razones de ser y las fuentes de la DO Cava clarifican que en términos generales «hoy en día hay una buena previsión de la vendimia de este año».
La migración a productos de menor calidad
Las sospechas del comité de empresa de Freixenet son que la reestructuración de la plantilla está ligada a otras situaciones, como por ejemplo la migración a productos de menor calidad. De esta manera, CCOO denunció la decisión de la dirección de Freixenet de sustituir gran parte de la elaboración de uno de los productos más emblemáticos, el Cava Carta Nevada, utilizando la misma marca e imagen, por otro producto de menor calidad. Este nuevo elaborado, que no forma parte de la DO Cava aunque mantiene parte del nombre de la marca, excluyendo la palabra cava, no tiene nada que ver con la compleja y cuidada elaboración del cava y el proceso es menos laborioso. En otras palabras, Comisiones Obreras considera que esta decisión supone un agravio para los trabajadores y trabajadoras, ya que se trata de un producto que requiere menos tiempo y menos mano de obra para su elaboración. «Manifestamos su preocupación por el riesgo que comporta esta decisión para el futuro de la empresa y del sector», reconocían en un comunicado.
Las normas extraordinarias de la DO que ya no aplican
Para la vendimia de 2024 y para intentar proteger las empresas de la sequía, la DO Cava aprobó la Provisión de Garantía Cualitativa, que incluía medidas excepcionales orientadas a gestionar el exceso de producción dentro de la DO. Tal como explica un documento que la Denominación de Origen ha cedido a Vadevi, se estipuló que se permitiría que en las zonas con rendimientos altos y debidamente acreditados, la uva producida entre los 12.000 y los 15.000 kg por hectárea se pudiera destinar al fondo climático, pero no para elaborar cava sin la autorización expresa del consejo regulador. También se admitió un incremento en el rendimiento de extracción de mosto, que podía llegar hasta el 74% -superior al 67% habitual-, siempre que se respeten estrictos controles de trazabilidad y calidad establecidos por el consejo. Además, también se aprobó que se utilizara uva procedente de viñedos situados dentro del territorio de la DO aunque no se encontraran inscritos en el registro de explotaciones vitícolas, con un límite del 15% sobre la producción de vino base de cada bodega. Una vez la vendimia terminó, estas medidas con ella por petición del consejo regulador, desde donde se estudió la situación y se determinó que no sería necesario prolongarlas.
Así pues, la sequía parece cada vez una consecuencia débil para llevar a cabo un ERE o al menos así lo ven desde CCOO. Aunque no niegan que la sequía fue un golpe muy fuerte para el sector, una de las partes que defienden los sindicatos es que fue duro, pero temporal. En este sentido, el consejo regulador también afirma en sus declaraciones que parece que ha pasado la mala mar y de hecho, las medidas implementadas para ayudar a las empresas actualmente no están vigentes. Un argumento, pues, que volvería a poner en el foco en Freixenet para culpar a la sequía, cuando CCOO reitera que «es un problema coyuntural, no estructural».