La bodega Alemany y Corrio, antes de que nada, es una aventura vital. Un viaje que los ha situado como una de las grandes referencias del Penedès, pero siempre avanzando al margen del carril central. Habría suficiente con el mítico Bache Lefriec para definir el proyecto, pero Irene Alemany y Laurent Corrio siempre van más allá y prueba de esto es que hace diez años plantaron una parcela de tinta amarela, una variedad portuguesa/gallega sin ningún precedente conocido en el Penedès. Dicho y (una década más tarde) hecho, acaba de salir al mercado Cal Ganso, un tinto 2021 que aprovecha la tinta amarela para completar un cupaje, al 50 por ciento, con la carinyena autóctona.
«Una explosión aromática»
El resultado de este cupaje más una cuidadosa crianza en depósito, con un toque de tonel de roble francés, es un vino muy equilibrado y con cuerpo que, como dice José Martínez -somelier del restaurante barcelonés Via Véneto- «es una explosión aromática, con fruta y unos taninos maduros, además de una muy buena acidez que le permitirá una larga vida. Estamos ante un vino de garaje que es una obra de arte«. Todo ello, como dice Empar Moliner, «autenticidad en la investigación de la belleza«.
«Defendemos el territorio a muerte»
Las botellas de Cal Ganso que llegan al público son las de la cosecha del 2021, un año que «todavía fue de buenas lluvias, antes de esta sequía actual«, explica Laurent Corrio. «El año de la última levantada en Cataluña«, añade Empar Moliner. Esto, combinado con el conocimiento de un suelo mapeado concienzudamente y la experiencia de la bodega hace que este nuevo vino pase a formar parte destacada del patrimonio del Penedès: «Defendemos el territorio a muerte«, afirma Irene Alemany, «y también queremos defender los vinos tintos«.
En definitiva, un vino de garaje, sí, pero de un garaje de lujo que aprovecha todo el potencial del
