El equilibrio entre productores y elaboradores es una parte esencial de la viña. Para el buen gobierno del sector vitivinícola, la relación entre los dos actores más importantes de este mundo debe estar basada en el diálogo y no en la confrontación. Afirmaciones que con los años de sequía y las tensiones por el precio de la uva, la calidad de la cosecha o los márgenes de beneficios de las bodegas se han ido diluyendo. Actualmente, la postura de productos y elaboradores está más alejada que nunca. Así lo concluye el Institut Agrícola, que publica una carta recordando que lo primero que se necesita es colaboración, no confrontación.
«En los últimos años el sector del vino, especialmente el cava, vive, sea por causas endógenas o por circunstancias climáticas, momentos convulsos y de replanteamiento de futuro», asegura en un comunicado la entidad. En este sentido, se denominan un referente que siempre aporta propuestas para resolver los retos y reconocen que entienden que se podría pensar que hay diferencias insalvables en los dos lados del sector, pero apelan a la colaboración para salir del agujero en el que se encuentra el mundo del vino en la actualidad. «Apostamos por una realidad basada en el diálogo, alejada de la confrontación que algunos quieren promover, donde todos los actores navegan en un mismo barco, con mala mar y sin que sople el viento de cola», reflexiona la entidad, quien añade que «es necesario que remen en la misma dirección y, sobre todo, que tengan el rumbo claro«.
El pasado sábado, buena parte de los agricultores que trabajan con empresas elaboradoras de cava salieron a la calle de Sant Sadurní d’Anoia para quejarse de los precios bajos que se intentaba poner a la uva de la vendimia de este año. Desde Unió de Pagesos exclamaban que las tablas de precios que algunos grandes bodegas querían proponer quedaban muy por debajo de la cobertura de gastos, sin hablar de tener beneficios. En otras palabras, los agricultores se sentían utilizados y mal pagados. Para el Institut Agrícola esta situación de enfrentamiento es muy perjudicial para el conjunto del sector vitivinícola en sí. Es por eso que buscan recordar que empresarios, elaboradores y viticultores forman parte de la misma cadena de valor. «Nuestro objetivo es sumar, y crear un marco que haga a todos los agentes sostenibles, eficientes y competitivos», reconocen en el comunicado.

Más retos a combatir en el futuro
Las actuales luchas de precios vienen del pasado, de años de sequía que imposibilitaron la normalización de la producción. Aun así, el Institut Agrícola también destaca que hay una ola de nuevos retos que también deben abordarse conjuntamente. «Estos y otros nuevos retos deben entenderse como una oportunidad para el consenso y la colaboración, donde todos los viticultores y los elaboradores pueden avanzar juntos, evitando dicotomías de buenos y malos, ganadores y perdedores», recuerdan. Entre los diferentes nuevos conflictos se menciona la guerra comercial internacional, los aranceles y -en el caso del cava- la fuerte competencia de otros espumosos obliga a tomar medidas eficaces, con racionalidad y sentido empresarial para el Penedès.