La unión de los espumosos catalanes bajo una sola Denominación de Origen sigue siendo una meta difícil de realizar. Desde que las bodegas de la marca colectiva europea Corpinnat y Clàssic Penedès, la subzona de espumosos dentro de la DO Penedès, decidieron abandonar la DO Cava, la idea de crear una nueva Denominación de Origen para los espumosos catalanes se ha abordado en varias ocasiones. Hasta ahora, sin embargo, el INCAVI (Institut Català de la Vinya i el Vi) negaba la necesidad de una nueva DO, insistiendo en que las bodegas deberían volver a la DO Cava, argumentando que su marca internacional es más fuerte y conocida a nivel internacional. No obstante, con el cambio de legislatura, Joan Gené, el nuevo director del INCAVI, ha reconocido la demanda del sector para crear una nueva DO para los espumosos, pero ha puesto en duda la voluntad de Corpinnat y Clàssic Penedès de llevar adelante esta iniciativa. Esta postura contrasta con las declaraciones de las dos organizaciones y con la Ley Catalana del Vino que la misma organización ampara, que impide la creación de una nueva DO sin el consentimiento de las denominaciones existentes que comparten territorio y tipología de vino. En otras palabras, sin el permiso de la DO Cava o un cambio de la ley, la nueva DO de espumosos catalanes continuará como hasta ahora siendo una utopía.
«Siempre apoyaremos la posible creación de una DO de espumosos catalanes», explica a Vadevi Francesc Olivella, director de la DO Penedès. Para él, como representante del Consejo Regulador de la DO, el plan estratégico que aprobaron en 2021 y que se extiende hasta 2030 ya pone sobre la mesa el apoyo absoluto a la creación de un nuevo conjunto que valore los espumosos catalanes. «Es evidente que estaremos al lado de nuestras bodegas que elaboran espumosos», continúa Olivella. También desde Corpinnat aseguran ir de la mano con los deseos de crear esta nueva organización donde se categoricen los espumosos de Cataluña y se puedan unificar bajo una misma marca. Ambas marcas salidas de la DO Cava desde hace años, pues, son las principales benefactoras de esta utópica nueva DO y recuerdan que siempre han estado dispuestos a crearla. Una visión muy diferente tiene Gené, director del INCAVI, quien comentaba en una entrevista que su legislatura tendría dos pilares esenciales: el despliegue de la reforma de la Ley Catalana del Vino y la apuesta por esta nueva DO conjunta. En el segundo punto, pero dejaba claro que eran las marcas actuales quienes tenían demasiadas diferencias para que esta nueva conjunción llegara en un corto plazo de tiempo: “Se ha hablado más de lo que los separa que no de lo que los une”, comentaba.
La Ley Catalana del Vino, aprobada en 2020, es la principal razón por la cual la DO de espumosos catalanes no es una realidad. Lejos de las declaraciones de Gené, quien dudaba de la voluntad de unidad de las marcas de espumosos fuera de la DO Cava, esta norma exige que para la creación de una nueva DO es necesario el permiso de otras. En concreto, todos los consejos reguladores de las Denominaciones de Origen que elaboren la misma tipología de vino y en la misma área geográfica tienen derecho a vetar la nueva estructura. «Mientras esta parte de la norma no cambie, las otras DO se pueden negar y no habrá ningún problema», responden desde Corpinnat, que señalan a la DO Cava como la primera interesada en continuar siendo la única DO integral de espumosos en Cataluña. Así pues, podría ser la misma normativa que Gené quiere comenzar a desplegar el principal impedimento de la creación de la DO de espumosos catalanes y no la falta de voluntad de las bodegas.

La fragmentación de los espumosos catalanes
Si bien es cierto que no hay pruebas para confirmar que la DO Cava se opondría a la creación de una DO de espumosos catalanes, la realidad es que la fragmentación de este producto en Cataluña ha crecido en los últimos años. En 2017, seis bodegas decidieron abandonar la DO Cava y crearon la marca colectiva Corpinnat. Actualmente, ya son 13 las bodegas que elaboran espumosos bajo esta marca. Años antes, sin embargo, en 2014, la DO Penedès también decidió crear una subcategoría de elaboradores de espumosos dentro de su territorio. Clàssic Penedès nació para valorar el potencial de los vinos con burbujas de esta comarca. Ambas categorías han aumentado su volumen y notoriedad al margen de la DO Cava y serían las principales interesadas en unificar esfuerzos para crear un nuevo paraguas colectivo. En cambio, la DO Cava, posicionada ya como la principal categoría de espumosos en Cataluña no se beneficiaría de esta creación, ya que después de años de soledad y liderazgo se vería obligada a competir dentro del territorio. «Sin un cambio de ley la DO Cava no lo permitirá», destacan desde Corpinnat y reiteran que la opinión y apuesta de Gené debe pasar por una reforma de la ley a la que los elaboradores de cava se podrían oponer.
Dos programas y un objetivo
Aunque Gené no mencionaba las contradicciones de la creación de una DO de espumosos catalanes con la propia ley, sí que ponía sobre la mesa las diferencias que se desprendían de las conversaciones que había tenido el INCAVI con Corpinnat y Clàssic Penedès. En opinión del director de la organización, ambas marcas y sus deseos chocaban lo suficiente como para encontrarse dentro de la misma categorización, o al menos eso era lo que se podía extraer de las reuniones a puerta cerrada. Sin embargo, los requisitos para formar parte de las marcas son más similares de lo que Gené daba a entender. Tanto Corpinnat como Clàssic Penedès exigen una producción ecológica a sus bodegas, así como la necesidad de utilizar variedades del Penedès, comarca de ambas categorías. También apuestan por las largas crianzas, que en el caso de Corpinnat son de mínimo 18 meses y Clàssic Penedès lo reduce a 15 meses. Sin embargo, hay algunas diferencias que a simple vista no parecen irreconciliables, pero podrían ser la piedra en el zapato de la que hablaba Gené. En primera instancia, Corpinnat destaca la necesidad de una vinificación íntegra en la propiedad, mientras que Clàssic Penedès no lo especifica. Aparte, Corpinnat también pide un cultivo manual y contratos de larga duración y de precio mínimo garantizado al viticultor para las bodegas que adquieran uva a terceros.
En definitiva, la DO de espumosos catalanes es más una ficción que una realidad, pero no precisamente por culpa de las marcas salidas de la DO Cava sino por los obstáculos burocráticos que actualmente imposibilitarían esta nueva creación. Mientras el INCAVI reconoce su apuesta por la iniciativa sin dar detalles sobre cómo el despliegue de la ley podría afectar, las categorías de espumosos catalanes continúan afirmando que están al servicio de una posible unificación bajo esta posible Denominación de Origen. No obstante, habrá que esperar a ver cómo la administración pública pone en marcha la ley para saber con certeza si esta utopía acabará siendo una realidad.



