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La tormenta laboral en Freixenet genera recelos hacia el vino catalán

Las razones por las cuales Freixenet quiere despedir a 180 trabajadores huelen a quemado. Esta es la principal conclusión de sindicatos y patronal tras recibir con recelo las consecuencias de la sequía como máxima para dejar sin empleo a una cuarta parte de la plantilla. De hecho, desde Comisiones Obreras y UGT han solicitado la revocación inmediata de este expediente y los representantes de ambos sindicatos lo han calificado de «fuera de lugar». La empresa vitivinícola, famosa a nivel internacional por su cava, anunciaba el pasado jueves que tendría que dejar ir a un 24% de su plantilla porque el sector del cava se enfrenta a una “crisis sin precedentes” por la sequía de los últimos años que obliga al grupo a “reestructurar sus operaciones de producción”. No obstante, voces del sector confirman que estas declaraciones podrían esconder otros intereses empresariales. La realidad es que diferentes teorías podrían explicar la decisión de Freixenet, pero ninguna es compartida por todos.

«Aún no saben si la producción continuará a la baja en la vendimia de este año», alerta Antonio Domínguez, delegado de CCOO en Freixenet y responsable del sector del cava. En una conversación con Vadevi, el sindicalista reconoce que las razones del ERO se escapan del entendimiento del sindicato que representa y asegura que si la sequía fuera el principal problema habría otros métodos para llegar a una solución: «Se pueden prejubilar trabajadores o buscar otras vías antes que el despido», constata Domínguez. La misma opinión expresa Alícia Buil, responsable de Agropecuaria de UGT Cataluña, quien confirma que «la sequía es un problema temporal», por lo tanto, a su parecer, «Freixenet debería estar buscando medidas temporales no extintivas». Sin embargo, los sindicatos están de acuerdo en solicitar el cese de este expediente y la retirada inmediata del anuncio, ya que en palabras de Buil «es una salvajada».

Más allá de la negativa de los sindicatos a aceptar el ERO, también hay cierta reticencia a creerse la sequía como razón principal. Así, tanto Domínguez como Buil, afirman en este diario que no es la primera vez que la empresa vitivinícola intenta llevar adelante una reestructuración de la plantilla con esta razón. En concreto, hace justo un año, la empresa anunció un ERTO que afectaría hasta a 600 trabajadores por «fuerza mayor». Aquella medida, que suponía la reducción de la jornada de buena parte de la plantilla durante unos meses, acabó durante poco más de un mes y medio. Ya en aquel momento, los sindicatos pusieron en duda que la sequía pudiera considerarse un conflicto de fuerza mayor, ya que hacía prácticamente tres años que se estaban sufriendo sus efectos. Así pues, parece que la situación se repite, pero esta vez con unas medidas mucho más fuertes, hasta el punto de plantearse eliminar una cuarta parte de la plantilla. «El año pasado ya intentaron colar un expediente y este año no lo conseguirán», recalca Buil. Por su parte, Domínguez recuerda que aún no han comenzado las negociaciones ni han recibido la documentación, pero «están preparados para actuar».

Es innegable que los sindicatos no se creen la versión oficial de Freixenet, o al menos confirman que «necesitan más explicaciones», tal como expresa la responsable de Agropecuaria de UGT Cataluña. Unió de Pagesos, sin embargo, va un paso más allá y deja entrever que este anuncio podría ser una manera de coaccionar al Consejo Regulador de la DO Cava. Esta es una reflexión que deja en el aire David Sendra, responsable de Vino y Viña de la patronal. De esta manera y como ya explicaba hace un año en este diario su predecesor Josep Marrugat, Freixenet querría más flexibilidad en el mercado para sustituir la falta de existencias con uva comprada fuera de la Denominación de Origen. Actualmente, la rigidez de la normativa no permite estas acciones y según Unió de Pagesos, el ERO podría ser una decisión estratégica para presionar al consejo: «Freixenet se aprovecha de la situación para lanzar balones fuera», dice Sendra, haciendo referencia al uso de la sequía para justificar una decisión empresarial y no de fuerza mayor, aunque también reconoce que es pronto para saber «si es una estrategia o no».

Imágenes de vendimia en Freixenet / Cedida

Una nueva fotografía del cava

Precisamente la rigidez de la normativa del cava es un punto en el cual sindicatos y patronal no se ponen de acuerdo. Si bien es cierto que todos critican la decisión de Freixenet, para Comisiones Obreras «hay que cambiar la fotografía del cava», tal como relata Domínguez. En este sentido, el delegado de CCOO en Freixenet y responsable del sector del cava asegura que el mundo vitivinícola catalán ha ido cambiando y, por lo tanto, hay que revisar algunas normativas que a su parecer han quedado obsoletas. Así, Domínguez concreta que hay una necesidad clara de poder suplir la falta de existencias con producto de fuera, aunque también confirma que es una medida excepcional: «Primero se debe acabar el nuestro y después buscar fuera». Así, el sindicato critica la dureza de las normas de la DO Cava y recuerda que todos deben ganarse la vida y, por lo tanto, destaca que la decisión de Freixenet pone en el punto de mira la necesidad de cambiar ciertas reglas del juego. «No creo que haya sido una estrategia, sino una consecuencia de esta rigidez», dice Domínguez.

Desde Unió de Pagesos, sin embargo, ven las cosas muy diferentes. Para ellos, el afán de comprar uva fuera de la DO no es más que una manera de encontrar agricultores con precios mucho más baratos. «Freixenet quiere comprar a precios más competitivos», explica Sendra, quien recuerda que la compañía vitivinícola vende a «precios muy económicos». De esta manera, no entienden la preocupación de Freixenet sobre la falta de existencias y el mismo responsable del Vino y la Viña de la patronal recuerda que en el momento en que se dio un paso para tener una normativa más laxa, «Freixenet fueron los primeros en vender 30 millones de botellas con metodologías de elaboración que no son cava», describe Sendra.

La posibilidad de perder un jugador estratégico

La decisión de Freixenet evidencia que el sector no está pasando por su mejor momento y tal como explica Domínguez la situación podría empeorar. De hecho, el sindicalista recuerda que Freixenet ya no es solo propiedad de una familia catalana, sino que es una marca conocida a nivel internacional y gestionada por un holding. Así, no sería difícil pensar que si las cosas no funcionan en Cataluña, «podrían llevarse el negocio a otro territorio», constata Domínguez. De hecho, desde Unió de Pagesos también abordan esta posibilidad y Sendra reconoce que «siempre hay cierta preocupación en el hecho de que marcas tan consolidadas como Freixenet se vayan». Ahora bien, mientras desde CCOO piden que se cambie la manera de funcionar del sector, Unió de Pagesos insiste en que no se trata de un problema de una regulación demasiado rígida, sino que probablemente hay otros factores, aunque no identifica cuáles.

En definitiva, el ERO de Freixenet, aunque los sindicatos aseguran que no dejarán que se materialice, constata que hay desavenencias en un sector que ha sido maltratado por la sequía, pero también por la falta de producción y el cambio de preferencias de los consumidores. Sin saber si el expediente será un punto de inflexión, la realidad es que ha recordado al sector que queda pendiente una reflexión sobre el funcionamiento del mundo del cava, que a pesar de haberse convertido en un producto de reconocimiento mundial, aún le quedan muchos flecos por cerrar.

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