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La Vendimia 2024: entre sequía, calidad y la plaga del mosquito verde

La vendimia de este año ha sido difícil en muchos niveles. Debido a la sequía y los cambios bruscos del clima, las cosechas han sido escasas y la producción ha caído en prácticamente todos los territorios vitivinícolas de Cataluña. Para los más experimentados, esta sequía se ha convertido en una pesadilla que ya supera los estragos de la de 2008. Sin embargo, para los más jóvenes, esta ha sido la primera vendimia complicada, pero quizá no la última.

Carles Muray (Oller del Mas), Francesc Boronat (Tanca els ulls) y Martí Torrallardona (La Fita) son tres enólogos con una trayectoria profesional corta que han vivido en primera persona todo lo que ha supuesto la falta de fruto para la vendimia. En una conversación con Vadevi, los tres reconocen que ha sido una auténtica suerte que hayan podido cosechar ciertos kilos en la vendimia de este año, ya que desde 2020 “llevábamos años extremadamente malos en términos de pluviometría”, han afirmado. Boronat considera que “ha sido un milagro que la planta en estos años anteriores no haya muerto, haya logrado regularse por sí misma, y hacer uva”. Una opinión que comparte Torrallardona, quien también afirma que “gracias a la pluviometría de este año nos encontramos en el inicio de la recuperación”.

En el caso de Muray, manifiesta que en el caso de la DO Pla de Bages, “en abril parecía que todo iría bien”, pero el 23 de abril, tuvieron una helada que llegó hasta los dos grados negativos y hizo que perdieran gran parte de su producción. Recuerda que “ha sido una vendimia larguísima debido al frío de septiembre”.

Imagen de la vendimia del 2024 de Francesc Boronat, de la bodega Tanca els Ulls / Cedida
Imagen de la vendimia del 2024 de Francesc Boronat, de la bodega Tanca els Ulls / Cedida

Torrallardona, por otro lado, también reconoce que para las bodegas que elaboran vinos de mínima intervención -como es su caso- ha sido un año de priorizar si querían tener altas acideces o altos grados. En La Fita, tal como comenta, priorizó “cosechar las uvas un poco verdes para mantener esa acidez alta, pero con grados bajos”. En cambio, Boronat asegura que en Tarragona, las uvas que cosechó después de las lluvias de septiembre que eran la Garnacha negra, Xarel·lo Vermell y Xarel·lo, se inflaron y lograron tanto una acidez como una calidad de la uva excelente.

Año complicado por culpa del mosquito verde

No solo la sequía ha sido un problema estructural para la vendimia de 2024. Los insectos también han jugado un papel clave en la complicada cosecha de este año. Los tres enólogos reconocen que en diferentes categorías han sufrido la plaga del mosquito verde, que también les ha hecho cosechar algunos kilos menos de lo que esperaban y de lo que tenían previsto. Boronat lamenta que aproximadamente «un 60% de la viña está afectada por el mosquito verde». Esta situación, lejos de detenerse en este 2024, puede afectar la vendimia del próximo año, ya que “le quita fuerza y vigor a la planta”.

Buena calidad a pesar de la poca cantidad

Ahora bien, no toda la vendimia de 2024 ha sido mala. Boronat explica que a pesar de la preocupación del principio, por el hecho de que parecía que las uvas no terminaban su ciclo de maduración, ha sido un año de poca cantidad de fruto, pero de mucha calidad. Por eso, el enólogo de la bodega Tanca els Ulls considera que los próximos vinos “tendrán un alto nivel”. En la misma línea, Torrallardona reconoce que a pesar de ser uvas pequeñas, tener que hacer prensados poco intensos y tener rendimientos bajos, también ha logrado unos vinos de una calidad muy alta. Además, añade que esta calidad de la uva en el Penedés ha hecho que suba el precio de la uva, la solución a un problema que “arrastraban desde hace años”. Muray también añade que ha sido una buena añada en el ámbito de calidad a pesar de los pocos kilos que han podido tener. Según el enólogo, “ha hecho las temperaturas y las lluvias idóneas en cada momento del ciclo de vida de la planta”.

Imagen del enólogo de la bodega Oller del Mas, Carles Muray / Cedida
Imagen del enólogo de la bodega Oller del Mas, Carles Muray / Cedida

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