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El ERTE de Freixenet sacude el Cava con la oposición frontal de sindicatos

La sequía está siendo uno de los golpes más fuertes que ha recibido el sector vinícola en la última década. La situación extrema que ha provocado la falta de lluvias ha afectado las producciones de vino y espumosos de toda Cataluña. Esta circunstancia no ha hecho diferencias entre grandes y pequeños, que se han visto afectados por igual por esta crisis fruto del cambio climático. Si bien es cierto que la facturación no ha caído en picado, en algunos puntos la producción ha tocado fondo y ha obligado a hacer cambios estructurales a compañías que parecían indestructibles. Una de ellas, Freixenet, máximo exponente de la DO Cava en Cataluña y una de las producciones más grandes del sector. Este pasado lunes por la tarde, el grupo presentaba oficialmente un ERTE de fuerza mayor que afectaría, a partir del mes de mayo, hasta 615 personas de las empresas del grupo ubicadas en el Penedès, Freixenet y Segura Viudas. Mientras la compañía señala la sequía como máximo responsable, los sindicatos aseguran que es todo una maniobra de la compañía para «coaccionar» la Denominación de Origen y flexibilizar la entrada de uva, aunque limitándolo en el territorio DO Cava.

Los productores de cava cerraron el 2023 con un récord de 251,8 millones de botellas vendidas, lo cual suponía un 1,09% más que el 2022. A pesar de que la facturación se ensartó un 8%, hasta los 2.200 millones de euros, la sequía redujo la producción un 29,8% entre el 2021 y el 2023. En concreto, Cataluña fue el territorio que más sufrió las consecuencias, puesto que la cosecha disminuyó casi un 40%. La situación llevó al límite muchas compañías y gran parte de los productores más pequeños, que vieron sus ingresos disminuir exponencialmente. Henkell Freixenet, pero, publicaba resultados positivos en el cierre del 2023, con un aumento del 4,1% de sus ingresos netos, que equivale a 1.230 millones. A pesar de las ganancias, la compañía declaraba su «preocupación» por la falta de uva en el Penedès provocada por la sequía, unas declaraciones que se han acabado materializando en un ERTE que a pesar de ser empresarial, puede tener consecuencias importantes para el Penedès, la DO Cava y todo el sector productor de este tipo de vinos espumosos.

Dudas sobre «la fuerza mayor»

La indignación de los trabajadores ante el anuncio no se ha hecho esperar. Desde la sectorial de industria de Comisiones Obreras (CCOO) han «exigido a la dirección de la compañía la retirada del expediente» y que se sienten de «manera inmediata a negociar» con la representación de los trabajadores y trabajadoras las medidas oportunas para «afrontar la situación actual del sector, y salvaguardar la ocupación«. Así lo dice el sindicato en un comunicado, con peticiones que complementa, en declaraciones a Vadevi, Antonio Domínguez, presidente del comité de empresa de Freixenet y responsable del sector del cava de Comisiones Obreras. «Hemos manifestado nuestras dudas que este ERTE sea de fuerza mayor, puesto que la situación de sequía no es de ahora, sino que hace más de tres años que lo estamos sufriendo, no es sobrevenida«, valora. Y, de hecho, puntualiza Domínguez, «nosotros ya hace tiempo que están denunciando esta situación». «Hace más de diez años que estamos pidiendo una revisión del modelo, porque ya entonces estábamos preocupados por el futuro del cava», y ahora, con la situación de sequía, dice, «todavía lo estamos mucho más«.

«Esta ha sido una maniobra de Freixenet para coaccionar«, añade Josep Marrugat, responsable nacional del sector de la viña y el vino de Unió de Pagesos. Y lo explica en relación con las medidas que ha aprobado recientemente la Denominación de Origen Cava para suplir la falta de materia prima que está provocando la sequía. Según Marrugat, la marca de vinos y espumosos «todavía quería una mayor flexibilización de la normativa» de la DO, sobre todo por «no tener que estar condicionado por la oferta de uva y vino y poder mantener o incrementar las ventas«.

De hecho, en esta flexibilización coincide el Comitè. «En situaciones de excepcionalidad como las actuales, tendría que ser posible alcanzarnos de materia prima de donde haga falta: otras denominaciones de origen del país y del mundo lo hacen, y nosotros estamos encorsetados con una normativa que no nos permite satisfacer el mercado con este producto», insiste Domínguez. «Hace tiempo que hemos pedido al Consejo Regulador del Cava que flexibilice esta normativa» porque «es una solución fundamental para preservar el futuro del sector y la ocupación de las personas que trabajen». Lo que piden, pues, es aplicar cambios solo en situaciones excepcionales, como la actual, con el objetivo que ninguno de los actores involucrados en el proceso productivo del cava se vea perjudicado y se pueda garantizar la calidad del producto, explican.

Fachada de Freixenet en Sant Sadurní d’Anoia | Foto: cedida

«Las medidas llegan tarde y son pura cosmética»

El ERTE de Freixenet y Segura Viudas se ha presentado pocos días después de que el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava haya anunciado tres medidas, aprobadas por consenso absoluto por una junta de la cual Freixenet y Segura Viudas son vocales, que persiguen afrontar la carencia de producto provocado por la falta de agua. Pensando en los Cavas de Guarda, se ha propuesto ampliar los rendimientos de viña (hasta los 15.000 kg/ha) y de extracción (hasta el 74%), así como utilizar variedades de uva del territorio DO Cava aunque no estén actualmente aprobadas e incluidas en el Pliego de condiciones de la Denominación de Origen. «Las medidas que se quieren aplicar ahora llegan tarde y son pura cosmética«, lamenta el presidente del comité de empresa de Freixenet. «No resuelven la situación, hace falta profunditzar más», insisten, y «compensar a aquellas personas que más lo necesiten».

Sea como fuere, CCOO hace una «llamamiento urgente» al Consejo Regulador del Cava y al Ministerio de Agricultura, y reclama que la representación social de las personas trabajadoras tenga presencia al consejo y en cualquier mesa sectorial que se constituya en la cual se hable del presente y el futuro del sector del cava. «No puede ser que los trabajadores no tengamos voz ni voto ni al Consejo Regulador ni a la Tabla del Cava», se queja Domínguez.

En cuanto al proceso del ERTE, el Grupo Freixenet ha presentado el expediente, ahora se está evaluando y en unos días se resolverá. «Estamos esperando a saber si se aceptará la fuerza mayor o seguirá un ERTE convencional», comenta Domínguez. Sea una decisión o la otra, dice quien hace 36 años que trabaja a la empresa, «tendremos que encontrar la manera de compensar los trabajadores que se verán afectados por la decisión de la empresa». Sobre todo, explica, intentar que la afectación sea el menor posible, tanto en tiempo (se prevé de mayo a diciembre), como en número de personas afectadas. «Está claro que tendrá que ser revisado, porque en temporada de vendimia, en agosto y septiembre, necesitarán que se incorpore algunas de las personas que se verán afectadas por el ERTE».

DO y AECAVA: «No podemos valorar una decisión empresarial»

La Denominación de Origen Cava y la patronal AECAVA han atendido este medio, pero no han querido hacer valoraciones sobre el ERTE. «Es una decisión empresarial», coinciden ambas voces. En lo que si se mojan es en compartir la preocupación sobre la carencia de producto y el contexto que está provocando esta situación que tiene en jaque el sector del vino y el cava.

«La DO Cava ha puesto en marcha las medidas necesarias para afrontar los efectos de la sequía con la Provisión de Garantía Cualitativa», dice la DO. «Nos preocupa mucho el impacto que está teniendo la sequía sobre los viticultores, y las empresas auxiliares», añade Quim Tosas, presidente de AECAVA. «Nos preocupa que si no llueve, el viticultor no pueda seguir y entonces sí que se resentirá la industria», concluye.

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