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Vendimia 2023: extrema por sequía, baja producción y alta concentración

Que será una añada complicada y difícil, hace tiempo que se dice y se espera. Que por la carencia de lluvias los granos de uva no han crecido cómo deberían, en algunas zonas, también. Y que habrá una bajada generalizada de la producción, empieza a ser una realidad. A pesar de que no se puede generalizar, porque hay bonitas excepciones en Cataluña, este año se habla de una vendimia extrema, por muchos motivos. Los enólogos hacen su valoración particular, coincidiendo con su época de máxima actividad.

Cepa de macabeo seca en una parcela de Cavas Hill | Foto: Pere Campos

En el Penedès, año extremo

Vadevi ha hablado con varios profesionales que tienen proyecto o asesoran bodegas en varios puntos de Cataluña. Desde el Penedès, el responsable de esta área en Cavas Hill, y también presidente de la Asociación Catalana de Enólogos, Pere Campos, arrecia la teoría que este año será una de las añadas más extremas que recuerda. Y lleva más de unas treinta campañas en activo. «Hemos entrado las variedades tempranas, chardonnay y pinot noir, y de momento ya hemos hecho el cálculo de haber perdido cerca de un 50% de la cosecha», lamenta. Y además, a pesar de que puntualiza haber obtenido buenos rendimientos en prensa, también se encuentran con otra casuística que marcará el vino cosechero: una alta concentración, que más allá de aportar más aromas, también puede condicionar el color del producto final.

En cuanto al resto de variedades, siguen haciendo controles de maduración para decidir cuando es el momento óptimo de cosecha. «La xarel·lo está teniendo una maduración irregular, y los granos son pequeños como guisantes», explica Campos, y «a la macabeo le cuesta mucho madurar», dirá, lamentando que incluso ha visto cómo se secaba alguna planta de esta variedad (de unos cuarenta años) en una finca propia de Olèrdola.

«Será una añada complicada, pero tenemos que esperar al final para ver qué pasa», dirá; «como mínimo, apunta, de momento la sanidad está siendo buena».

Estos días previos a la vendimia, toca hacer muchos controles de maduración para decidir momento óptimo de cosechar | Foto: P.C.

En Pla de Bages y Empordà, año difícil, pero más similar a añadas pasadas

Carles Playà es un enólogo asentado en el Pla de Bages – también presidente de su denominación de origen desde estas pasadas elecciones-, pero asesora proyectos en toda Cataluña. Siguiendo el hilo del Campos, confirma que en el Penedès calculan pérdidas importantes de producción, que pueden ir del 40 al 60% en función de la zona; pero, en contra, comparte que en territorio bagenc la situación se puede asimilar bastante a «años normales», tanto en cuanto a la maduración como la producción. «Cosecharemos un poco por debajo, porque los rendimientos bajarán, pero aquí ha llovido un poco y la situación no está siendo tan difícil como en otras regiones». De todas maneras, insiste en la necesidad de hacer un buen seguimiento a la planta estos días, porque todavía están «a un mes vista» de empezar la cosecha: «Estos últimos días darán mucha información sobre el resultado final», puntualiza.

Los proyectos que él asesora en el Empordà le dan pistas sobre un contexto podría seguir este mismo camino. «Allí hay algo más de sequía, pero no es en ningún caso exagerado«, continúa. En este caso, ya hay algunas bodegas que han cosechado las variedades más tempranas, pero todavía faltan unos días para arrancar con las garnachas y macabeos, el grosor de la vendimia de un territorio donde también, dirá el enólogo, puede haber diferencias significativas según la finca esté en la llanura o más a la zona de la Albera.

«Este año, se hace complicado hacer predicciones, porque no nos encontramos ante los parámetros estándares», continúa. «Tenemos que estar atentos para ver como se comporta la planta: si aportará los azúcares a la uva o le tomará el agua por necesidades hídricas», concluye.

Las zonas bajas del Priorat, sufrirán

«En el Penedès, la valoración general es mala«, dirá una nueva voz experta. El enólogo y asesor Jaume Àrboles, con un pie en varios proyectos vitivinícolas de todo Cataluña, comparte su visión de la campaña 2023 con Vadevi, habiendo empezado a cosechar algunas variedades, y esperando momento óptimo para continuar con el resto.

Àrboles pone también el foco en otra región donde este año también pueden sufrir bastante por la falta de lluvias. «En las zonas bajas de la comarca del Priorat están sufriendo mucho e incluso se ha visto morir alguna cepa«, comparte el enólogo. Se para en este punto de la geografía vitivinícola para decir que habrá pérdidas significativas en un territorio ya tradicionalmente marcado por los rendimientos bajos, a pesar de que puntualiza que las zonas más altas pueden ver menos afectada su cosecha.

En cambio, Àrboles pone un punto de optimismo a la conversa y comparte que en las fincas de la región de Costers del Segre, donde ha llovido más, perderán kilos, pero no serán «grandes cifras»; y finaliza en la que entiende será la zona vitivinícola de Cataluña donde habrá mejores resultados esta campaña: la Terra Alta. «Allí ha llovido más, la planta ha tenido suficientes recursos para hacer hoja y ha podido respirar», señala. «Podríamos decir, hoy por hoy, que podría ser la región donde menos pérdidas se puedan registrar».

Sea como fuere, la reflexión general con que el enólogo cierra la conversación da un paso más allá, y entèn que la falta de agua de este 2023 puede revertir, por supuesto sobre la cosecha de este año, pero comprometer seriamente el futuro de la planta. «La planta necesita agua para sobrevivir, para tener las reservas necesarias para un nuevo ciclo», lamenta, «si no llegará un momento que ni siquiera tendrá bastante por brotar».

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