Ahora que han vuelto (¡y de qué manera!) las ferias, presentaciones y acontecimientos vinícolas diversos, se han reactivado mucho las relaciones sociales entre la gente del sector. Desde hace unos meses he tomado conciencia que hay un concepto que me van repitiendo varias personas: “Alella se mueve”, “En Alella pasan cosas”. Y me he preguntado: “Qué ha pasado?, ¿qué está pasando, que la gente tiene esta percepción de cambio, de novedades?” Hagamos un repaso.

Cambio de estrategia a la DO, nuevas bodegas y nuevas plantaciones
En el último año y medio el Consejo Regulador ha cambiado de imagen y de estrategia de comunicación y ha ido por primera vez como DO a ferias, como la
Además, han aparecido tres nuevos proyectos vinícolas. Vallalta Vinícola, que hace vino en Sant Cebrià de Vallalta y que tiene intención de entrar a la DO Alella pronto. Can Reon, a Tiana, que ha recuperado viñas, ha plantado de nuevas (que ya están inscritas a la DO) y tiene previsto poner en marcha un establecimiento hotelero, un restaurante y una bodega (mientras tanto, el vino los lo está haciendo la bodega Quim Batlle). Y Xavier Garcia ha explicado hace poco que pone en marcha su proyecto vinícola más personal, Bodega Marfil, que recoge el espíritu de Alella Vinícola pero con la libertad de crear vinos diferentes y también otros territorios vinícolas.
Un territorio vivo con orígenes y tradición
Pues sí, muy pensado, poder sí que
Pero quizás no hay que mirar tanto al pasado. Es fantástico respetar los orígenes y la tradición, no olvidar de donde venimos. Pero la DO Alella, hoy, a 2023, está fuerte, está viva, la salen adelante personas jóvenes, con iniciativa, con empujón, con ideas. Y, sin haberlo buscado, el público lo ha cogido y tiene la percepción (y la certeza) que “Alella se mueve”.