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Viticultoras y enólogas piden más visibilidad camino hacia la igualdad

Las mujeres al sector de la viña y el vino afrontan el camino hacia la igualdad sin victimismo y grandes dosis de positividad convencidas que muestran su valía cada día. Lo hacen con determinación, sin estridencias. Con la misma cadencia y persistencia que brota la cepa cada año para desarrollarse como planta, dar sus frutos y perpetuarse.

Hablando con un grupo de enólogas y viticultoras de la Denominación de Origen Costers del Segre, constatamos que se ha avanzado en esta igualdad entre hombres y mujeres, pero que todavía queda camino para hacer. Ellas destacan la falta de visibilidad como uno de los principales puntos pendientes.

Más presencia en todos los eslabones de la cadena

Pilar Salillas, directora general y enóloga de Lagravera de Alfarràs (Segrià) lamenta que parte del sector «todavía se encuentra un poco anclado en el pasado, donde en las bodegas las mujeres se destinaban a tareas como el laboratorio, administración o marketing principalmente» y celebra que cada vez más mujeres «desarrollen tareas de dirección, comercialización, viticultura o enología».

Marta Porta de la bodega Vall de Baldomar ha establecido un fuerte vínculo con las viñas, la bodega y los vinos de este terruño de la sub zona de Artesa de Segre. La Marta ve como uno de los aspectos más positivos del sector «que cada vez hay más mujeres en todas las áreas». Por otro lado, esta mujer viñera lamenta que, del mismo modo que pasa en otros sectores, «a una mujer le cuesta más conciliar vida laboral y familiar».

Mujer con una copa de vino
Mujer bebiendo una copa de vino tinto | Foto: iStock

Valorar a las personas por el trabajo, no por su género o procedencia

Maria Mendoza de Costers del Sió (Balaguer) insiste en el hecho que le gusta que se la valore como persona y por su trabajo, independientemente de ser mujer. Pero lamenta que, a veces, no se visibiliza o valora bastante todo el trabajo que hay detrás de cada botella ni de cada persona que trabaja la tierra para hacerlo posible. En este sentido, Mendoza declara que «el vino no es solo trabajo, el vino es una forma de vida». Y desde el punto de vista personal, se siente afortunada de poder trabajar en aquello que lo apasiona.

En las Garrigues, Sara Jové de Mas Blanch i Jové (Pobla de Cérvoles) cree que a occidente las mujeres cada vez tienen más presencia y responsabilidad en el mundo laboral, a pesar de que remarca que la igualdad todavía está lejos de ser una realidad. No le gusta pensar en las mujeres como una categoría monolítica, tampoco en el mundo del vino. Al nivel laboral cree que hay que valorar a las personas por el trabajo que hacen y no por su género o procedencia. Sin embargo, recuerda que cuando hacía de abogada a menudo la otra parte «se dirigía primero a mi procurador pensante que era el abogado». Al sector del vino se encuentra cada vez más compañeras en ferias, en el campo y en posiciones directivas, pero en alguna feria fuera de casa, «todavía tienes que escuchar la frase: ¿y a la niña, con quien lo has dejado?».

Ingeniera técnica agrícola y licenciada en Enología, Gemma Plaza al Vilosell es la directora técnica y enóloga a la bodega Tomàs Cusiné – Grupo Castell de Remei, emprendida de la cual forma parte desde su fundación el 2004. Plaza destaca que «hacer vino es elaborar un producto «atractivo», que da placer. Y el sector vitivinícola ha ayudado a dar valor al papel que ha tenido siempre la mujer en el mundo de la tierra, directa o indirectamente».

Al Pallars Sobirà, Ingrid Sebastia, bióloga especializada en reproducción asistida, también «puerta en la vida» los racimos con los cuales elaboran los vinos Cota 730 de Riap. Desde 2015, Ingrid gestiona la viña y se ocupa de toda la parte comercial de sus vinos. Sebastia piensa que «el mundo del vino todavía está dominado por el sector masculino, pero a medida que pasa el tiempo las mujeres estamos aumentando nuestra presencia y demostrando nuestra valía, así como aportante sensibilidad y saber hacer». Aun así, la viñera cree que «los tiempos están cambiando y personalmente, el hecho de ser mujer, me ha abierto más puertas de las que inicialmente me habría imaginado. Así que destacaría el buen recibimiento y la apertura de mente del sector».

Bodegueras, enólogas, empresarias y sumilleres

Proseguimos nuestro particular camino de la igualdad en lo alto del Valle del Riucorb, donde el Eva Bonet de la Bodega Comalats (La Almendra de Segarra) asegura que «me gusta pensar que se me valora por el que hago, no por sí soy mujer». Así mismo, la joven viticultora destaca como casa, «somos una bodega familiar y nos arremangamos todos por igual».

Bonet lamenta «cierto desarraigo del sector del vino con la tierra; y pienso que se tiene que reconocer mucho más el trabajo del agricultor y hacerlo valer como se merece». La segarrenca piensa que hubo «una rotura muy fuerte con el vino como alimento»; y que los últimos años el consumidor vuelve a relacionarse con naturalidad con el vino gracias al enoturismo, las pequeñas ferias y el esfuerzo de productoras y productores para salir a la calle. Popularizando de nuevo este producto tan identitario y protector de nuestros paisajes.

Siguiendo lo Riucorb, salimos de la Segarra y entramos en el Urgell. En Nalec, Susanna Sansó de Analec considera que ser mujer no tendría que ser un hecho diferenciador al sector del vino, «puesto que no existen vinos para hombres y vinos para mujeres». En el campo enumera todas las tareas en las cuales participa la mujer campesina en un ciclo natural que se repite cada año: «podemos, plantamos, emparramos, cuidamos las viñas, conocemos enfermedades y secretos, recolectamos…». Y además, destaca, «somos bodegueras, enólogas, empresarias, sumilleres…»

Susanna analiza el papel de la mujer en el mundo del vino y piensa que «como en la mayoría de sectores, está en constante evolución, puesto que siempre se ha considerado un sector para hombres». Pero se muestra confiada que «el trabajo constante hará que todo cambie».

Finalmente, en cuanto a la visibilidad de la mujer al sector, la enóloga Clara Griera, responsable de bodega y miembro del Consejo Rector del Olivo (Vallbona de les Monges), cree que las mujeres destacan por la gran profesionalidad, sencillez y honestidad que aportamos a los vinos. Pero lamenta que, al sector del vino, como en otros,»los más reputados, los más reconocidos y los más mediáticos son todavía los hombres. Las mujeres trabajamos incansablemente, pero de cara adentro, sin levantar la voz y los medios de comunicación, visualizan quienes hacen más ruido, quienes tienen más presencia, quienes siempre están».

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