A veces hay historias reales que superan a la ficción. Didier Chopin era un viticultor de la Champagne como cualquier otro. Sus espumosos tenían un gran recorrido dentro del territorio francés, pero también fuera. Todo parecía ir bien en la empresa hasta que en 2023 una exempleada reveló un fraude que cambiaría la vida de Chopin hasta el punto de hacerle abandonar el país. Según la antigua empleada, su jefe había estado embotellando bajo el nombre de champán diversos vinos base de origen francés y español mezclados con dióxido de carbono. Una metodología que podría haber afectado a alrededor de 1,8 millones de botellas y se habrían exportado a unos cuarenta países. Un gran fraude que el pasado martes llegó a los tribunales, donde Chopin confesó parte de los crímenes y actualmente se enfrenta a una posible pena de cuatro años de prisión, tres de inhabilitación y 100.000 euros de multa.
El 2023 era un mal año para la bodega de Chopin. Como muchas otras empresas vitivinícolas, se sufría una crisis importante de caída del consumo y también de bajas producciones. De hecho, tanto en Francia como en el estado español, las producciones de vino aún no se han recuperado, una situación que ha hecho sufrir a las bodegas de ambos países. Según explica Vinetur, Chopin declaró el pasado martes que esta situación y las presiones de la cadena de supermercados francesa Leclerc le llevaron a comenzar a llevar a cabo estas prácticas ilícitas. En todo caso, sin embargo, Chopin no ha admitido haber producido más de 500.000 botellas de champán falso. De hecho, tal como publica Infobae, su abogado, Maître Francis Fossier, ha confirmado que Chopin reconoce los hechos, pero niega la magnitud que declaró Ludivine Jeanmingin, la exempleada que destapó el fraude: “Se cree que se fabricaron 500.000 (botellas) y que finalmente se comercializaron 200.000”, ha declarado.
Esta versión se contradice con lo que describió su exempleada en 2023. Jeanmingin denunció a sus antiguos jefes y afirmaba que la bodega habría importado vinos de la región francesa de l’Ardeixa y también de el estado español, los habría mezclado con licores y, finalmente, los habría inyectado dióxido de carbono de manera artificial antes de embotellarlos y venderlos bajo el sello de calidad Champán. Jeanmingin concretó que el fraude se comenzó a llevar a cabo en junio de 2022, cuando la empresa comenzó a sufrir problemas económicos, y que el volumen total de botellas afectadas es de unos 1,8 millones repartidos en las 22 marcas de la bodega. Un escándalo, pues, que provocó la retirada de muchas de las marcas afectadas de las estanterías de los supermercados, hasta el punto de prácticamente dejar sin existencias de esos vinos algunos locales.

La fuga de Chopin
Cuando Jeanmingin tomó la decisión de exponer las malas prácticas de su jefe, aportó documentación y también algunas de las botellas sin etiquetar que probaban que se había mentido sobre el contenido que había. Según lo que publicó el medio francés France 3 Grand Est, Didier Chopin era propietario de ocho hectáreas de viñedos en Champlat-et-Boujacourt en Marne, donde se situaba también la sede de su empresa, SAS Chopin. En este lugar producía champán con denominación. Sin embargo, en sus instalaciones secundarias de Billy-sud-Aisne (Aisne), elaboraba vino espumoso sin denominación que posteriormente era etiquetado como champán. Es en estas segundas instalaciones donde -según Jeanmingin- se producían las botellas fraudulentas.
La versión de la exempleada dio la vuelta al mundo y pocos meses después la empresa entró en concurso de acreedores. En ese momento, Chopin tomó la decisión de huir a Marruecos, donde montó otra empresa, esta de horticultura, según afirman varios medios franceses. Sin embargo, las autoridades no tardaron en seguirle la pista y finalmente lo acusaron de falsificar botellas, lo que llevó a su extradición y finalmente a ponerse ante un tribunal este pasado martes.
Un goteo de víctimas
Después de que Jeanmingin destapara el escándalo, varias entidades han participado en el juicio como partes civiles afectadas. En concreto, Infobae ha mencionado al Instituto Nacional de las Denominaciones de Origen (INAO), el Comité Interprofesional del Vino de Champagne (CIVC), el sindicato CGT de trabajadores del sector, y varias empresas distribuidoras: SAS GM Distribution, Distrilot y la central de compras SCAPEST, que provee a una decena de hipermercados Leclerc en el este del país.