El consumo de bebidas alcohólicas está cambiando en todo el mundo. Hace décadas, el alcohol formaba parte de cualquier reunión social dentro y fuera de casa. De hecho, no se entendía una fiesta sin alguna bebida con cierta graduación, aunque no fueran combinados. Vinos y cervezas llenaban las mesas de los bares a cualquier hora del día y salir de noche iba de la mano con tomar algo, siempre con alcohol. También en casa, las comidas y celebraciones familiares iban acompañadas de una buena botella de vino. Ahora bien, la nueva era del consumo de alcohol demuestra que esta clase de bebidas ya no tienen cabida en cualquier lugar y su aumento de precio, así como la tendencia de consumir productos más saludables, han hecho que disminuya el consumo de alcohol, dentro y fuera de casa. Solo una bebida alcohólica parece salir beneficiada de esta reducción: el vermut se convierte en el preferido de muchos, ya sea en la terraza de un bar o en el balcón de casa.
IWSR’s Global Trends Report 2025 analiza las macrotendencias globales del consumo de alcohol, dividiéndolas en una serie de subtendencias que exploran los principales motores de mercado del 2025. Entre los diferentes giros sociales evidentes en el consumo de bebidas alcohólicas que ha habido en los últimos años, la asequibilidad es, sin duda, una de las más notables. Tras la pandemia, las prioridades de consumo global cambiaron drásticamente, y se dejó el alcohol en segundo plano. Tal como concluye el informe, beber alcohol se ha convertido en un evento social que se puede llevar a cabo tanto dentro como fuera de casa. En este sentido, el encarecimiento de muchos productos, como es el caso de los vinos y otras bebidas con alcohol lleva a los consumidores a ajustar sus preferencias de canal, favoreciendo los momentos puntuales centrados en la experiencia única y no en el consumo por consumir. Precisamente en este contexto, el estudio destaca el vermut como una de las bebidas que más crece en un sector a la baja. «Los momentos como la tarde o el mediodía presentan oportunidades claras. Una fuerte oferta de cócteles es ahora crucial, y todavía hay potencial para apelar a los consumidores que priorizan tanto el valor como la calidad», asegura Emily Neill, COO Research del IWSR.

El aumento del consumo en casa
Si bien es cierto que el vermut se ha estabilizado como la bebida por excelencia para tomar dentro y fuera de casa, el resto de bebidas alcohólicas ya no se beben en el bar, según el estudio. De esta manera, el comercio continúa enfrentando una serie de contratiempos, incluidos los costos estructurales de la compra de bebidas alcohólicas impulsados por nuevas políticas, agravados por impuestos más altos y un gasto limitado de los consumidores. Entre 2019 y 2024, los volúmenes de consumo de alcohol en comercio se redujeron en prácticamente todos los países, excepto en África y Oriente Medio, donde crecieron un 4%.
La respuesta de los consumidores a las duras condiciones económicas ha reforzado la importancia del consumo en casa, con los clientes adaptando los tradicionales encuentros sociales al entorno doméstico. Tal como analiza el informe, en casa hay mucha más facilidad para controlar los gastos y la experiencia, lo que aumenta su popularidad. De hecho, en algunas partes del mundo los espacios de DIY (siglas en inglés de hazlo tú mismo) están comenzando a proliferar. Estos locales se caracterizan por ser espacios donde se realizan actividades, en este caso la elaboración de cócteles, que luego se disfrutan tranquilamente en el mismo lugar. “La evolución de las ocasiones de consumo es esencial en el mercado actual, con dinámicas de canal cambiantes que continúan dando forma a la diferenciación y el auge de los DIY”, concluye Neill.