VadeVi
El vino abraza con matices las nuevas condiciones del tratado del Mercosur

El sector vitivinícola -muy castigado por las nuevas políticas arancelarias de Trump y la incertidumbre que las ha rodeado- recibe con los brazos abiertos el acuerdo del Mercosur. De esta manera, desde la Federación Española del Vino (FEV) argumentan que es un pacto “histórico”, que no solo podría traer estabilidad a un sector muy maltratado por los cambios de tendencias de consumo y los conflictos geopolíticos, sino que también confirma la expansión del vino español -y catalán- a otras partes del mundo. Sin embargo, José Luís Benítez, director general de la entidad española, recuerda que aunque el acuerdo aporta cierta tranquilidad, no será suficiente para sustituir las ventas en el mercado norteamericano: “Brasil y México no pueden compensar las pérdidas que se puedan producir en el mercado estadounidense a raíz de los aranceles, pero sí son mercados con un enorme potencial”.

La idea de que el acuerdo del Mercosur cambiaría completamente las reglas del juego ya era cuestionada por algunos expertos del sector vitivinícola antes de que se aprobara el pacto. En este sentido, en unas declaraciones a este diario, Jordi Portillo, director general y fundador de la empresa distribuidora de vinos españoles por todo el mundo, Big5, reconocía que “no se había encontrado una mina de oro” con este acuerdo. En concreto, el experto aseguraba que mientras Brasil era un buen candidato donde exportar vino catalán, Paraguay, Argentina y Uruguay no le parecían tan interesantes. Sin embargo, repetía -igual que el director general de la FEV- que “la diversificación de negocio es clave” para la supervivencia del sector, sobre todo sin la gran aportación de compras de los estadounidenses.

Copa de vino espumoso rosado | Jordi Play

Precisamente, los datos confirman que los posibles ingresos en vinos que producirá el Mercosur en los próximos años se encuentran lejos de las astronómicas cifras de los Estados Unidos. Según el Idescat, en 2024 los cuatro mercados que conforman el Mercosur compraron 3,36 millones de kilogramos de vino, una cifra que no entra en el podio de las exportaciones encabezadas por los Estados Unidos con 16,8 millones de kilogramos. A nivel de facturación la situación es similar, el Mercosur aglutina un total de 9,2 millones de euros, también incomparable con los 77,6 millones que se facturaron en 2024 en exportaciones a los Estados Unidos. Lo mismo ocurre con México, un mercado donde crecen las importaciones de vino anualmente, pero no con la rapidez necesaria para ser el sustituto ideal. En 2024, las bodegas catalanas exportaron 846.162 kilogramos de vino, por un valor de 2,6 millones de euros.

Así pues, el acuerdo con el Mercosur se mantiene como una oportunidad dentro del sector vitivinícola, pero las dudas sobre su eficacia real a corto plazo continúan en el orden del día; especialmente para paliar los efectos de los aranceles de Trump. Los mercados que incluyen los nuevos tratados europeos tienen un potencial nada despreciable para los productores catalanes, pero no hay certeza de que las cifras de exportaciones aumenten a la velocidad necesaria para alcanzar a los compradores norteamericanos. Es por eso que a pesar de la evidente celebración del pacto, los expertos perciben el Mercosur como el primer paso para la consolidación de la presencia del vino en nuevos mercados internacionales, y no un reemplazo para la gallina de los huevos de oro.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa