La Barcelona Wine Week (BWW), es considerada uno de los salones de referencia del vino de calidad. Año tras año, diferentes bodegas, empresas y entusiastas de esta bebida se reúnen en un pabellón de la Fira de Barcelona para hablar de vinos. Este año, sin embargo, el éxito de las últimas ediciones ha hecho que sea «la mayor edición de la historia», según la organización. El salón reunirá a cerca de 1.100 empresas expositoras y se instalará por primera vez en dos pabellones. Entre los principales focos de las discusiones que se podrán tener durante la semana del vino en Barcelona estarán el boom de los vinos blancos, el protagonismo de las cepas viejas y también la clara necesidad de apostar por la innovación. El presidente del evento y de la DO Cava, Javier Pagés, lo tiene claro: «Debemos avanzar en diversificar ampliando mercados, en sostenibilidad e innovación, pero también en la aplicación de las nuevas tecnologías, enoturismo y comunicación».
En una entrevista realizada por la misma Fira de Barcelona, el presidente de la DO Cava ha recordado la importancia que tiene la Barcelona Wine Week para todos aquellos productores que buscan darse a conocer. Con la edición más grande que se ha visto nunca, este evento pretende ser el punto de unión entre distribuidores, agricultores y productores. «El sector necesitaba un salón de referencia, de ámbito nacional e internacional, de negocio, de compartir conocimiento, de dejar huella, imagen y huella, de aprender, de presentar innovaciones, de networking, de estar a la última», asegura Pagés en la entrevista, quien además reconoce que la BWW «ha sabido seleccionar y atraer a los grandes importadores, distribuidores y compradores de todo el mundo creando un salón intenso en transacciones y negocio rentable para todos los participantes».

En cuanto a los protagonistas de esta edición, los vinos blancos, el presidente del evento ha explicado que «actualmente, la búsqueda del bienestar está llevando a los consumidores a vinos de mayor calidad y un cambio en sus preferencias, sobre todo de las generaciones más jóvenes, evolucionando hacia vinos más ligeros, más frescos, que permiten experiencias de consumo más informales». Es por eso que Pagés recuerda que los vinos blancos y los espumosos encajan perfectamente en esta categoría, mientras que los vinos tintos «se han visto perjudicados» por esta tendencia. En el caso de las cepas viejas, Pagés ha afirmado que «demuestran una capacidad de adaptación al terreno y a la climatología que les ha permitido desarrollar un sistema radicular amplio y profundo, extrayendo una gran tipicidad de su suelo, dando una uva de mayor concentración de sabores, complejidad y potencial de mejora en largas crianzas».
La importancia del cava «conjuntamente»
Aunque la entrevista estaba dirigida a la explicación del congreso y el sector, Pagés también ha aprovechado para valorar la buena calidad de los cavas catalanes, espumosos bajo la denominación la cual él preside. «El cava es un producto muy internacional, el 70% de sus ventas se producen en más de 150 países y es muy apreciado por los consumidores que buscan espumosos de calidad», ha descrito el presidente de la DO Cava. Sin embargo, también ha reconocido que los cambios de tendencia pueden afectar a esta bebida y que, por lo tanto, «es muy importante la unidad del sector», una frase que vuelve a poner sobre la mesa la posible tensa situación con Corpinnat, el grupo de bodegas que decidió abandonar la DO Cava y perpetuar una nueva categoría con parámetros propios.



