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Escalada y vino, la nueva cata aventurera de la bodega Bàrbara Forés

Combinar los elementos que conforman el paisaje alrededor de una bodega es una idea revolucionaria que se inventó cuando el enoturismo empezó a ganar fama. Muchos productores preparan experiencias inmersivas donde no solo se hace una visita guiada tradicional por la bodega y se toman unas copas de vino, sino que los clientes se sumergen en todo aquello que ha hecho posible la creación del producto: el paisaje, la historia, los viñedos, los animales… Dentro de este nuevo imaginario de catas y actividades que realizan las bodegas, Bàrbara Forés ha llevado su producto al siguiente nivel. Expertos en hacer catas de combinaciones extravagantes, como vincular los vinos a la memoria histórica o entrelazar la poesía, el teatro y las copas, esta bodega ha ideado una nueva manera de atraer a los más valientes a las puertas de su bodega: la cata de escalada.

«Siempre nos gusta buscar actividades innovadoras para nuestros clientes», explica en una conversación con Vadevi Pili Sanmartín, propietaria de la bodega. La idea de la escalada surgió de una de sus trabajadoras, pero enseguida fue aceptada por la dirección. De hecho, Sanmartí explica que es una buena manera de demostrar que la bodega está muy ligada al paisaje, pero también a la cultura del territorio. En este sentido, Bàrbara Forés es una bodega ubicada en Gandesa, Tarragona, una de las mecas de la escalada en Cataluña, como lo es también Margalef. Por eso, combinar las dos pasiones del territorio parecía una iniciativa suficientemente atractiva para ofrecer a los clientes: «Cuando eres una bodega pequeña buscas otras maneras más allá de tu vino para atraer a posibles compradores», reconoce la propietaria.

La bodega propone dos tipos de cata diferentes, ambos relacionados con la escalada. De la mano de Aitor Rodríguez, Técnico Deportivo en Escalada (TDII) de la escuela Pinell de Brai, los participantes podrán disfrutar de unas cinco horas intensivas de este deporte de aventura y más tarde combinarán la majestuosidad del paisaje con tres vinos de Bàrbara Forés. La primera cata que propone la empresa consiste en un ejercicio para principiantes. La denominada Bautismo de escalada y cata de vinos se impartirá en medio de la sierra de Pàndols y se enseñarán las bases técnicas y de seguridad necesarias para practicar la escalada en roca, los descensos controlados y los fundamentos sobre la lectura de la roca. «Esta es una actividad pensada para principiantes», recalca Sanmartín, quien añade que para aquellos que ya dominan el arte de escalar tienen disponible el Escalar sin miedo y cata de vinos. Esta segunda opción es para aquellos que ya tienen ciertas nociones de escalada y buscan gestionar el temor a estar suspendidos en el aire. En el curso se trabajarán técnicas avanzadas de manejo del miedo en la roca, se practicarán caídas en diferentes situaciones y se aprenderá a asegurar de una manera dinámica.

Garnatxa blanca
Racimo de uvas de garnacha blanca | Foto: Bodega Bàrbara Forés

Ahora bien, la propuesta no termina aquí sino que las catas de vinos de después continúan en la misma línea que las actividades de aventuras. Para la bodega, la cata es una experiencia sensorial que después de escalar conectará mejor a los clientes con la naturaleza y podrán entender completamente aquellos matices que se encuentran dentro de los vinos, los mismos que se observan en el paisaje de la sierra de Pàndols. Ambos cursos tienen un precio de entre 80 y 85 euros por persona y se requiere la participación de al menos un grupo de cuatro. Actualmente, la única fecha disponible es el próximo 24 de noviembre, pero la bodega no niega que se podrían abrir más plazas en un futuro si la iniciativa funciona.

Actividades «que salen del vientre»

No es la primera vez que Bàrbara Forés realiza una actividad rompedora. Sanmartín asegura que «hace años que hacen actividades disruptivas». De este modo, para la propietaria todo lo que proponen a sus clientes «son iniciativas que salen del vientre», es decir, que las piensan en primera persona y, por lo tanto, van muy ligadas a la manera de hacer de la bodega. Además, Sanmartín confirma que gracias a estos proyectos no solo dan a conocer la bodega sino que «ayudan a desestacionalizar el consumo del vino«. Así pues, las catas innovadoras ponen en el mapa esta bodega centenaria para conocidos y desconocidos.

Todas las actividades que propone Bàrbara Forés tienen una cosa en común: «Exigen que te impregnes del lugar que visitas», aclara Sanmartín. Sin embargo, son muy diferentes unas de otras. La cata Huella y semilla, por ejemplo, se define como «una experiencia sensorial», que combina vinos con poesía y paisaje. Con un relato a tres voces, los clientes conocerán más sobre el lugar donde se encuentran y la historia de las montañas. «Buscamos adentrarnos y disfrutar de la belleza en la contemplación del paisaje», relata Sanmartín, quien también es conductora de esta cata narrada. También la historia juega un papel muy importante en las actividades de la bodega Bàrbara Forés. En el caso de la Cata de Otoño, los participantes disfrutan de una visión panorámica desde la cota 705, donde se explica el episodio bélico de la batalla del Ebro. Después se desciende hasta los pies de la sierra, para pasear entre viñedos que acogen vinos únicos como El Templari y L’Ancestral, elaborados con la variedad morenillo, recuperada por la bodega hace más de 30 años.

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