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Francesc Olivella: «Penedès será la primera DO ecológica del mundo»

La Denominación de Origen Penedès quiere convertirse en líder de la viticultura ecológica. Desde 2020 trabajan por este objetivo y la vendimia 100% ecológica se implementa en 2025. El director de la DO Penedès, Francesc Olivella exclama orgulloso que los objetivos sostenibles de este territorio de vinos son firmes y asegura la implicación de todas las bodegas amparadas por la DO. Recibe a Vadevi en su despacho, pero reconoce que le gusta más estar en el exterior. Olivella hace un repaso de todo lo que ha conseguido la DO Penedès desde que aprobaron el plan estratégico del Consejo Regulador, propuesto en 2020, pero aprobado un año más tarde. Jóvenes, futuro, sequía y sostenibilidad son algunos de los conceptos que repasa el director de la DO Penedès, siempre valorando la calidad de los vinos del territorio y reforzando que aún queda mucho por estudiar, trabajar y hacer.

En 2025, la DO Penedès hará la primera vendimia 100% ecológica. ¿De dónde surge esta iniciativa y por qué?

Las viñas de la DO Penedès siempre han sido pioneras en el cultivo ecológico. De hecho, la primera empresa de toda la península Ibérica que hizo viticultura ecológica se encuentra aquí, en la DO Penedès. También es cierto que se ha podido hacer porque históricamente, la meteorología nos ha acompañado. La iniciativa surge en 2020, el año de la pandemia y de la plaga de mildiu. Aunque era un año en el que se hacía difícil debatir según qué temas por las circunstancias, se comenzó a plantear en la redacción del plan estratégico de la DO Penedès 2020-2030. Ya entonces se acordó que uno de los puntos del plan sería el cultivo ecológico de la viña en la DO Penedès y que el objetivo clave debía ser llegar al 100% de la vendimia ecológica en 2025. Por tanto, el trayecto que se ha hecho desde 2020 hasta 2025 ha sido que los viticultores y las bodegas se hayan convencido de que el objetivo que tenía la DO Penedès es que todos los vinos que salgan de la vendimia de este año y posteriores sean ecológicos.

¿Fue complicado, este convencimiento? 

Había mucho convencimiento dentro del plenario desde el inicio, aunque era 2020 y la plaga de mildiu estaba devorando las viñas y la uva del Penedès.

¿Y lo ven como una apuesta de futuro?

Nos comprometimos con el concepto de sostenibilidad, aunque hoy en día se aplica esta palabra de cualquier manera y todos dicen que hacen cosas sostenibles que quizás no lo son. Por nuestra parte, si creemos que el cultivo de la viña y la elaboración de vinos debe ser sostenible, uno de los primeros pasos es ser ecológico y no utilizar productos de síntesis, ni pesticidas, ni herbicidas y usar abonos naturales. Debemos avanzar hacia aquí, porque hay muchos elementos diferentes que también implican el consumo de más energía, y por tanto ser menos sostenibles. Piensa que uno de los que es más difícil de cambiar es la utilización de los tractores. Los tractores consumen gasoil y, lamentablemente, sobre tractores eléctricos se han hecho pruebas, pero aún es un tema muy complejo. Ya se está probando trabajar con drones, por ejemplo, que sería consumo eléctrico, por tanto, podría ser mucho más sostenible. Se ve claro que hay muchos elementos, pero el primer paso es ser ecológico. Y aquí, la DO Penedès ha querido estar, después supongo que vendrán otros, como todo en la vida, pero ser el primero es ser el primero, porque del segundo no se acuerda nadie. Nosotros lo hemos conseguido y la DO Penedès será la primera DO ecológica del mundo.

El primer paso es ser ecológico. ¿Cuál es el segundo paso?

El siguiente paso es trabajar en el tema de la sostenibilidad como concepto global. En las bodegas, por ejemplo, pedirles que utilicen energías renovables, que pongan placas solares y obtengan certificaciones oficiales de sostenibilidad. Aquí, todos tenemos el objetivo de cero emisiones para 2050, que no es solo un objetivo de la DO Penedès, sino global. Por tanto, trabajaremos en este sentido y en este objetivo.  

La viticultura regenerativa y la mínima intervención también son conceptos que se relacionan mucho con la sostenibilidad. ¿Qué encaje tienen en esta predisposición sostenible que tiene la DO Penedès?

Encajan perfectamente. Sobre los vinos de mínima intervención hay un borrador aprobado por el plenario de la DO Penedès y se está trabajando. Actualmente, tenemos un esbozo de los criterios que deben cumplir. A partir de aquí, un comité de cata valorará cuáles son los criterios concretos que deben tener estos vinos de mínima intervención y a partir de aquí se incorporará en el pliego de condiciones. Para nosotros encajan y, de hecho, ya los tenemos. Otra cosa es si se etiquetan como tal o no, pero ya los tenemos y, por tanto, no nos viene de nuevo.

¿Y la viticultura regenerativa?

También tiene un gran encaje en el concepto que tenemos de sostenibilidad. Es verdad que durante estos tres años de extrema sequía que hemos vivido, el tema de la capa herbosa alrededor de la viña era complicado. Pero con años como este 2025, donde más bien nos sobra agua, es todo lo contrario, el problema que tienen ahora los agricultores es cómo cortar la altura de la hierba que hay entre viñas. Sin embargo, es un elemento muy importante que, además, genera una gran captura de CO₂, integra mejor los suelos y genera materia orgánica. En tierras como las del Penedès, que se han arado toda la vida, nos encontramos con porcentajes de materia orgánica del 0,5% al 1%, y lo ideal sería llegar al 4 o al 5%. La viticultura regenerativa sirve precisamente para eso y se convierte en el elemento de captación de agua, es decir, un suelo rico en materia orgánica, almacena mucho mejor el agua de lluvia; todo va ligado en este sentido. Incluso desde la Unión Europea y las PAC se está trabajando. Actualmente, ya hay una parte de las ayudas que pueden recibir los viticultores vinculadas a tener capa herbosa durante una época del año. Por tanto, todo esto nos enlaza perfectamente con la sostenibilidad, con la ecología, con trabajar la viña de una forma diferente. Yo recuerdo que hace muchos años, un agricultor que tuviera cuatro hierbas en una viña era un desastre y todos lo trataban de mal agricultor. En cambio, hoy en día no es todo lo contrario, pero va por ahí.

Francesc Olivella, director Consejo regulador DO Penedès. 21.05.2025, Vilafranca del Penedès foto: Jordi Play

Ha hablado de sequía. ¿Qué ha aprendido la DO Penedès de la sequía?

Que volveremos algún día a tener un período de sequía, ahora todo va mejor, pero volveremos. Por tanto, se está trabajando, por un lado, en conseguir regar las viñas o tener agua de apoyo en períodos de sequía, por ejemplo, reutilizando agua regenerada de depuradoras. Y luego hay otros elementos a tener en cuenta para hacer frente a la sequía. Comentaba antes la necesidad de la materia orgánica, pero también se deben trabajar variedades autóctonas, el tipo de agricultura, el tamaño de las producciones… Pienso que para obtener vinos de calidad de la DO Penedès no es necesario ir a producciones extremas como van algunos, que no entraré a valorar. Ahora nos tenemos que preparar, porque aunque parezca que todo ha pasado, volverá.

Mundialmente ha caído el consumo. No se bebe el mismo vino que se bebía antes. ¿Desde el Consejo Regulador lo están abordando?

Sí. En los plenarios del Consejo Regulador siempre valoramos cómo vamos de ventas. Llevamos dos arrastrando caídas del consumo de prácticamente un 20% cada año. Vamos bajando y las razones son varias. Una de ellas es la crisis económica. Nadie valora que hay crisis económica, pero la hay. Esto significa que mucha gente, cuando va al restaurante o a la tienda no compra vino. La otra, y muy importante, es la bajada de consumo debido a la corriente que hay sobre el tema del alcohol. Difícilmente puedes luchar con una persona que dice que ha decidido que no beberá vino porque lleva alcohol.

¿Hay maneras de solucionarlo, entonces?

Hay alternativas. Una es reducir las graduaciones alcohólicas de los vinos. En este sentido, se debería valorar la posibilidad de autorizar vinos parcialmente desalcoholizados dentro de la DO. La normativa actual solo nos permite elaborar vinos hasta 9 grados y medio, la de la DO Penedès permitiría bajar hasta 9. Los vinos parcialmente desalcoholizados pueden bajar hasta cuatro y medio de graduación alcohólica. Esto está sobre la mesa y se está valorando. Luego están los vinos 0,0, pero la normativa europea no autoriza que se elaboren dentro de la DO. Por tanto, es un camino que las empresas pueden tomar, pero no será amparado, de momento. Estas cosas van cambiando, hasta ahora los 0,0 no podían ser ecológicos y actualmente están modificando la normativa con unas condiciones determinadas para que puedan llegar a serlo, siguiendo unos parámetros concretos. Lo que está claro es que el mundo evoluciona y debemos evolucionar nosotros con el mundo.

¿Qué argumentos da Europa para no permitir vinos desalcoholizados dentro de las DO?

Para ellos, un vino real lleva alcohol, ellos conciben las DO como organismos que representan un territorio, un origen y unas características determinadas de los vinos. Lo que dice Europa es que un vino desalcoholizado al 100%, no representa eso.

La DO Penedès es de las más conocidas de Cataluña en el extranjero. ¿Cómo se vive desde el Consejo Regulador la imposición de los aranceles de Donald Trump?

No exportamos excesivamente a Estados Unidos. Exportamos más a Alemania, Canadá… Por tanto, la preocupación está, pero es relativa. Hay otros tipos de vinos como los espumosos que exportan mucho a Estados Unidos. Por eso, en el sector catalán la preocupación está, no tanto como DO Penedès, pero sí como sector global. Se tendrá que ver cómo acaba. Empezamos hablando de unos aranceles estratosféricos y cada vez va a menos. En este momento hay negociaciones directas entre la Unión Europea y Estados Unidos. De esta manera, tendremos que esperar cómo se ve. Creo que debemos tener claro, pero que se acaban imponiendo unos aranceles del 10%, por ejemplo, serán para los vinos catalanes, y europeos en general. Por tanto, la competencia será todos lo mismo. En el mundo tenemos dos mercados: los vinos europeos que son los tradicionales, los de la historia, los de la cultura, los de la gastronomía… Los vinos del nuevo mundo son otra cosa. En consecuencia, esta afectación, si se acaba en un 10%, continuaremos exportando.

Y ahora hablemos del consumo dentro de Cataluña. Hay quien dice que los catalanes no beben vino catalán.

Los catalanes beben vinos catalanes, pero evidentemente, hay de todo. Seguramente con el vino que elaboramos en todas las DO catalanas quizá no habría suficiente para abastecer todo el mercado catalán. Cuando hablamos del consumo de vinos catalanes, normalmente no se incluyen espumosos que también deberían contar para saber el consumo real. Paralelamente, también es verdad que en el área metropolitana de Barcelona hay estos 4,5 o 5 millones de personas con una mente abierta y consumen otros productos. Desde la DO Penedès se ha hecho buen trabajo. Piensa que el 65% de los vinos de la DO se venden en Cataluña. Nuestro mercado es Cataluña y Barcelona, principalmente.

En la DO Penedès estuvimos presentando los vinos en Girona con un éxito fantástico. En Barcelona estamos haciendo acciones de promoción con una tienda especializada en venta de vinos y tenemos muy buena recepción. Por tanto, se está trabajando, se está haciendo trabajo y no es ningún secreto que el consumo de vinos catalanes de forma general ha mejorado mucho en los últimos años en Cataluña. Ha sido un trabajo de todos, de las DO, pero también del INCAVI. Hemos pasado de un número bajo a un número medio que no está mal. No niego que debemos continuar trabajando, porque al fin y al cabo también es más sostenible vender una botella aquí que fuera. Lo ideal para una bodega de la DO Penedès sería poder vender todo su vino entre Barcelona y Girona. Pero bueno, debemos estar abiertos siempre a todo.

Ha hablado de espumosos y ustedes tienen una rama de la DO que se dedica a ello…

Tenemos unos vinos espumosos amparados por la DO Penedès, Clàssic Penedès.

¿Cómo se tomarían esta idea que sobrevuela el sector catalán desde hace un tiempo de crear una DO de espumosos catalanes?

Nuestra opinión es que el mercado del vino tranquilo como concepto va por un camino y los vinos espumosos van por otro camino. Se debe entender que tenemos dos ramas, dos elementos. A partir de aquí, a veces, todo se entronca en lo que permite la normativa en general, y volvemos a eso de la Unión Europea, porque al final es quien autoriza las nuevas DO, IGP… tanto sea de vino como de otros productos alimentarios. Veo complicado que en un territorio donde ya hay dos DO de vinos espumosos, oficiales y creadas se cree una tercera. Ahora bien, dentro de una misma DO puede haber y debería haber la rama de los vinos tranquilos y la rama de los espumosos. Una gestión diferenciada, pero manteniendo una única estructura.

Al final es lo que hacen ustedes, ¿no?

Sí, pero eso es mejorable.

¿Cómo se mejora?  

Trabajando más…  

¿Y es replicable? 

No lo decido yo, es el sector que debe plantearse qué quiere hacer.

Francesc Olivella, director Consejo regulador DO Penedès. 21.05.2025, Vilafranca del Penedès foto: Jordi Play

Terminemos hablando de jóvenes. ¿Comparte usted la preocupación del sector que asegura que los jóvenes no beben vino?

Debemos tener claro que en el ámbito del precio, en Cataluña lidera la DOQ Priorat, pero el segundo es la DO Penedès. Entonces llegar a la gente joven con poca capacidad económica es difícil. Ahora bien, esto es histórico, no es nuevo de ahora, que a veces replicamos cosas que pasaban en el pasado y parece que sean nuevas de hoy. Toda la vida ha pasado. La entrada al consumo moderado de vino, normalmente empieza más adelante.

Por tanto, yo creo que es un tema también de formación, de tiempo, de ir haciendo catas donde la gente disfrute, que se lo pase bien. Se trata de no ser complicados a la hora de catar vino, a veces somos nosotros los que lo ponemos muy difícil. El vino se debe degustar con gastronomía, en una fiesta, se debe disfrutar con amigos, amigas, etc. Parece que hacemos un castillo alrededor de una botella de vino y quizás hace falta ponerlo más fácil. De todas maneras, los jóvenes son un frente que se debe trabajar en positivo, que evidentemente siempre las generaciones más adultas, comparadas con los jóvenes, se ven de una manera diferente. Cuando yo era joven los de arriba también decían cosas de la juventud. Es un frente al que debemos hacer frente (ríe).

Esto también se relaciona un poco con esa sensación de que con los años el vino se ha ligado a un cierto esnobismo?

Depende. Veníamos del hecho de que en las casas de antes había el porrón sobre la mesa, no era tan complejo todo esto. Los que de pequeños nos daban pan, vino y azúcar no lo vivíamos como esnobismo. En cuanto ponemos el vino en una botella y generamos alrededor toda una historia y tradición la cosa cambia. No digo que se deba perder la botella, ni que no deba haber esta historia y tradición. Todo esto está bien que sea, pero no debe hacer que la gente lo vea como algo lejano, difícil y complicado. Beber una copa de vino debe ser algo fácil y sencillo, que eso no quiere decir que sea barato.

Bien, la historia y tradición también está ligada al precio…

Como sociedad debemos acostumbrarnos a que las cosas tienen el precio que tienen. No podemos siempre decir que la botella vale tanto porque el restaurante o la tienda multiplican el precio y luego resulta que el agricultor no cobra la uva. Si queremos ir a un restaurante que nos den un menú por 15 euros y que incluyan dos copas de vino y que encima haya café, quizás no cabe con 15 euros. Quizás alguien no se ganará la vida.

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