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Internacionalizarse, la asignatura pendiente de las pymes del vino

Las exportaciones se han convertido en una parte esencial de los negocios de las empresas catalanas, sobre todo en el sector agroalimentario. Este año se alcanzó el récord de exportaciones del sector, que sigue siendo el más potente a escala internacional. En el mundo del vino y los espumosos la venta en el extranjero también ha ganado cierto valor y actualmente, la gran mayoría de bodegas buscan la manera de llegar a otros países. A pesar de la ambición, algunas compañías no pueden llegar tan lejos debido a la gran cantidad de recursos necesarios para comenzar a comercializar fuera de Cataluña o del estado español. La burocracia, las políticas arancelarias e incluso las dificultades para encontrar importadores dispuestos a trabajar con las bodegas catalanas parecen estancar a algunas empresas. Para aquellos grandes jugadores del sector que ya tienen mucho mercado ganado, el extranjero es la joya de la corona, pero para los más pequeños parece un sueño inalcanzable. Por eso, se lanzan de cabeza a las ofertas de cursos, sesiones o incluso ayudas públicas que puedan acercarlos más a esta deseada internacionalización.

«Las exportaciones siempre son un camino lento, así que cualquier ayuda es positiva», explica Imma Llopart, creadora de GLOP, una empresa vitivinícola que elabora y comercializa vino en lata. La emprendedora, al igual que otras 15 empresas, ha entrado a participar en el Prodeca Export Pime, un programa para compañías del sector agroalimentario que necesitan este impulso para comenzar a comercializar sus productos en el extranjero. Durante siete meses, estas empresas contarán con el apoyo de un experto en comercio internacional, que las ayudará a definir un Plan de Internacionalización personalizado para cada una de ellas, identificar sus mercados objetivos y mejorar su estrategia comercial. «Es una buena oportunidad que no podíamos dejar escapar», expresa Sílvia Pujo, propietaria de la bodega familiar Vins Algars.

La realidad que viven las dieciséis empresas que se han presentado a esta iniciativa es bastante similar. En muchos casos son compañías que llevan poco tiempo en el mercado extranjero o que incluso aún no lo han pisado. De hecho, Pujo asegura que «acaban de entrar este año en los Países Bajos», pero que más allá de este hito, la internacionalización de la bodega se encuentra muy lejos. En la misma línea responde a Vadevi Llopart, quien confirma que su producto tiene muchas más posibilidades en el extranjero y, por tanto, «nos estamos centrando en encontrar mercados más maduros, como por ejemplo Japón». Con esta nueva apuesta, Prodeca busca ampliar su catálogo de servicios para consolidarse como agente clave en la formación y capacitación de las pymes agroalimentarias catalanas. «Prodeca Export Pime es una oportunidad única para las empresas con un compromiso firme de apertura internacional e interés por profesionalizar su estrategia comercial», reconoce la misma entidad en un comunicado.

Diferentes copas / cedida

Complicación para exportar

Las exportaciones, pues, parecen una piedra clave para el nuevo departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y, de hecho, el mismo consejero Òscar Ordeig, presentaba con entusiasmo este nuevo proyecto de Prodeca y recordaba que «hay que seguir trabajando para revalorizar el producto catalán afuera». Ahora bien, en muchos casos es el mismo mercado exterior el que pone trabas a las empresas para exportar. En primera instancia, algunas de las compañías entrevistadas coinciden en que hay ciertas dificultades y que se necesitan proyectos como estos que pueden ayudar a entender mejor el funcionamiento exterior. «Solo con entusiasmo no llegaremos a vender en el exterior», ironiza la creadora de GLOP, refiriéndose al hecho de que se necesita trabajar intensamente para poder penetrar en otros mercados. Además, el sector del vino se enfrenta ahora a las políticas arancelarias de Trump, que podrían hacer caer las ventas en Estados Unidos. Los impuestos, por ejemplo, son otro conflicto que afecta a algunas empresas del sector agroalimentario, sobre todo las bebidas espirituosas. Ricardo Barguñó, propietario y creador de 100&NOMORE, una empresa catalana que crea ginebras exclusivas, lamenta a este diario que «los impuestos también hacen muy difícil la entrada en el mercado internacional de empresas como la mía».

Las novedades que triunfan en casa y en el extranjero

Para exportar al extranjero siendo una pequeña o mediana empresa hay varios factores a tener en cuenta. Sobre todo cuando los recursos son limitados, el producto se convierte en la clave de todo. Es por eso, que buena parte de las empresas seleccionadas por el programa de Prodeca tienen ideas innovadoras o únicas que las hacen atractivas a ojos nacionales, pero también extranjeros. Las tres compañías entrevistadas por este diario tienen proyectos muy diferentes, pero exclusivos. Vins Algars es una empresa familiar que desde hace dos décadas elabora vinos ecológicos. Son ellos mismos quienes cultivan las viñas y hacen el vino. En total tienen 32 hectáreas y producen entre 60.000 y 70.000 botellas. De momento, solo venden en Cataluña, pero su potencial exportador es lo que les hizo ser elegidos por el Prodeca Export Pime.

GLOP también es una empresa con recorrido en el extranjero, incluso se podría decir que tienen un producto pensado para otros países, no tanto para Cataluña. En general, en el territorio catalán no se ha implementado el vino en lata, pero ya es un reclamo en Estados Unidos e Inglaterra. Al ver el potencial fuera del país, Llopart decidió invertir en encontrar nuevos mercados y hacer estrategias que pudieran posicionar su producto fuera. Para la creadora de GLOP remarcar que la calidad de los vinos en lata es la misma y reivindicar su precio es prioritario a la hora de buscar mercados internacionales para su producto. No solo los vinos son productos con alcohol de gran valor en el extranjero. En este sentido, 100&NOMORE es una compañía innovadora, que se sale de las reglas, pero que tiene un proyecto bastante entusiasta. Barguñó ha creado ginebras únicas con diferentes ingredientes que se inspiran en lugares del mundo diversos. Su producto, pues, parece el candidato perfecto para presentar el poder de innovación de los catalanes en el mundo. «No pensaba en exportar, primero quería consolidar el mercado catalán», confiesa el emprendedor, quien argumenta, pero que «hay algunos países que se han interesado por su producto».

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