El precio al que se compra la uva es una parte esencial de cada vendimia. Los campesinos trabajan de sol a sol para conseguir la máxima cantidad de fruta que luego es comprada por bodegueros y vinicultores para elaborar el vino. En los últimos años, la baja producción a causa de la sequía hizo que el precio de la uva subiera de manera excepcional. Una situación que demostró que antes se pagaba demasiado poco. Este año, sin sequía y con previsión de un aumento de la producción, hay rumores de que algunas bodegas querrán volver a la normalidad, unos precios que los campesinos aseguran que «son inasumibles». Ante la incertidumbre en los precios que se pondrán a la uva de este 2025 y la posibilidad de que caigan hasta mínimos que los campesinos no puedan asumir, Unió de Pagesos, junto con otras entidades del sector vitícola, saldrán a la calle el próximo 16 de agosto del 2025 para reclamar mejores condiciones de compra a las empresas.
La patronal, junto con otras organizaciones agrarias catalanas y estatales, se manifestarán en Sant Sadurní d’Anoia (Alt Penedès) para exigir precios justos para la uva. En concreto, quieren reclamar por los precios de las compañías bajo la DO Cava, las cuales se rumorea que sus rangos de precios no han sido suficientes. En unas declaraciones a Vadevi, el responsable del vino y la viña de UdP, David Sendra, asegura que a pesar de no querer señalar todavía a algunas empresas, la realidad que vive el sector es que quieren bajar demasiado el precio. «Hace unos días que corren ciertos rumores sobre el precio que algunas compañías elaboradoras de vino y cava quieren pagar esta vendimia. Son precios muy a la baja, inasumibles para el sector», recuerdan desde la patronal en la convocatoria de la concentración remitida a los medios.
Las organizaciones del sector vitivinícola han reiterado la importancia de que los viticultores no firmen ningún contrato de venta de uva por debajo de su coste efectivo de producción. Esta recomendación se fundamenta en lo que establece la Ley de mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria, que prevé sanciones para los compradores que destruyen valor dentro de la cadena. Según el estudio elaborado por el CREDA y presentado por el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig el pasado mes de julio, algunos de los precios medios de la uva se sitúan en 0,58 €/kg. Esta cifra es inferior al coste efectivo de producción estimado para muchas pequeñas y medianas explotaciones de las zonas productoras, que se eleva por encima de los 0,65 €/kg. En el caso del vino, el costo supera habitualmente 1,25 €/litro, lo cual refuerza la necesidad de que los productores velen por preservar su rentabilidad y sostenibilidad económica ante posibles presiones a la baja de los compradores. «Ya sabemos que no es buen precio, pero es el mínimo imprescindible para poder mantener vivo nuestro oficio y la continuidad de las explotaciones», lamentan desde Unió de Pagesos.

Sendra recuerda a este diario que la situación está muy tensa, porque si no no habría tanta unión: «Si nos estamos juntando entre todos es porque estamos muy fastidiados», expresa el responsable del vino y la viña de Unió de Pagesos. De hecho, las entidades firmantes son de diferentes partes del territorio y actualmente suman un total de 12 asociaciones: Apag Asaja Extremadura, ASAJA, Asociación Viticultores Cava-Requena, Associació de Viticultors del Penedès, COAG, Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo, Cooperativas Agroalimentarias Comunidad Valenciana, Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya, Gremi de la Pagesia Catalana, Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya, Unió Llauradora i Ramadera del País Valencià y Unió de Pagesos de Catalunya.
Desmascarar los precios bajos
Esta concentración no es solo una queja de una docena de asociaciones, sino que busca dar el pistoletazo de salida al cambio y marcar un punto de inflexión en la manera en que se está gestionando el sector. El acto quiere ser también un toque de atención a todo el ecosistema vitivinícola, desde los productores hasta los grandes compradores, para recordar que sin unas condiciones justas, la continuidad del sector está en riesgo. De esta manera, Sendra explica que «es necesario que las empresas vean la realidad» y, por tanto, se necesita más conciencia sobre el precio de la uva, para mantener vivo el sector y garantizar que el trabajo de los viticultores es reconocido y valorado. Es por eso que todas las entidades participantes de la concentración han decidido publicar todas aquellas empresas que no lo están haciendo bien si no se detiene la situación. «Una vez se publiquen los precios oficiales, actuaremos. La primera acción será hacer y difundir una lista con las empresas y precios y señalar a los que han reducido la compra de uva y vino», confirman en su comunicado.
El ejemplo de un buen precio
Raventós Codorníu fue la primera empresa vitivinícola en poner sobre la mesa los requisitos de compra a los campesinos con los que trabaja. De esta manera, la bodega prevé incrementar la compra de uva al menos en un 50% durante esta vendimia, y no descarta incluso superar esta previsión inicial para la campaña de este año. Además, desde la misma empresa han anunciado que volverán a aplicar el plus climático, que consiste en un aumento del 45% sobre el precio base pactado en los contratos plurianuales. Así, el precio medio de la campaña de este año se situará en los 0,72 euros el kilo. Esta ha sido una decisión celebrada por los campesinos y tal como comentaba Sendra a Vadevi, «la posición de este año de Codorníu es muy buena».
En cuanto a otras empresas del sector, aunque desde Unió de Pagesos no han querido incluir tablas de precios en su convocatoria, todo apunta que Freixenet y Vallformosa, dos de las otras grandes bodegas del territorio y dentro de la DO Cava, no llegarán a estas cifras. Incluso, se especula que quedarían por debajo del coste efectivo de producción estimado para muchas pequeñas y medianas explotaciones de las zonas productoras. «No lo permitiremos», concluye Sendra.