La DO Empordà da el pistoletazo de salida a la vendimia de este 2025 con buenas expectativas. Tras años de sequía e incertidumbres, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen ha asegurado en una rueda de prensa este miércoles que prevé una producción que se aproxima mucho a la media habitual del territorio, es decir, alrededor de 60.000 hectolitros. Esta cifra equivale a una cosecha de entre 8 y 9 millones de kilos de uva. Con estos datos, romperían por primera vez en los últimos años con la tendencia de caída de la producción. Sin embargo, desde la entidad también han explicado que «la campaña aún podría haber sido mejor, pero la sequía de años anteriores tiene efectos en las futuras vendimias debido al estrés que genera en la planta y los futuros brotes». A pesar de ello, han confirmado que «el fruto está muy sano y se prevé recoger una uva de mucha calidad».

A diferencia de las últimas campañas, la pluviometría ha sido buena y ha acompañado los diferentes estadios fenológicos de las cepas, han descrito desde la DO. En este sentido, la mejora de la meteorología ha dado el tiempo necesario a las plantas para su buen desarrollo. A pesar de ello, los bodegueros «han tenido que trabajar duro» para evitar los efectos del mildiu, que ha estado bastante presente en los viñedos del Empordà, más que en otras zonas. No obstante, tal como han afirmado desde la entidad: «El buen manejo de los viticultores, especialmente durante la primavera, ha permitido contener el mildiu que este año no ha tenido una afectación significativa». En concreto, el responsable de la bodega Castelló Murphy de Rabós, Gabriel Castelló, ha explicado que el 95% de la uva está sana y no tiene problemas. «Tienes que ver que la uva está llena, que no está seca y no hay manchas ni ataques de podredumbres. Y este año está sana», celebra Castelló. Cabe tener en cuenta que en esta finca de Rabós han tenido unos últimos años «complicados» por la sequía y la afectación del mildiu que provocó problemas de producción que les afectaron.

Raïm collit durant els primers dies de la verema del 2025 de la DO Empordà / Cedida
Uva recogida durante los primeros días de la vendimia del 2025 de la DO Empordà / Cedida

Otro de los motivos que no ha permitido una mejor producción es la afectación de la fauna cinegética. Como ya es habitual, el jabalí y cada vez más el corzo dañan los racimos de uva de los viñedos, especialmente en las parcelas más aisladas y en aquellas que están tocando a zonas boscosas, a pesar de que muchas de ellas están cerradas con pastor eléctrico. Este año, también cabe destacar la incidencia de las aves que ya se puede considerar un problema importante que también afecta el nivel productivo de los viñedos. Sin embargo, el estado de la viña es muy bueno y el equilibrio entre el grado y la acidez es óptimo. Este hecho permite ser muy optimista respecto a las buenas aptitudes enológicas de la uva que deben permitir elaborar vinos de gran calidad. 

El retorno a la normalidad

La producción final dependerá de las condiciones meteorológicas de las próximas semanas que marcarán la evolución de la maduración de la uva y determinarán el volumen final de la vendimia 2025 de los más de 40 bodegas que trabajan las variedades autóctonas del Empordà. Según han concretado desde la DO, las variedades autóctonas representan cerca de dos tercios del viñedo ampurdanés y no han dejado de crecer en los últimos años gracias a la apuesta decidida de los viticultores ampurdaneses por la garnacha y la cariñena. Anualmente, las bodegas ampurdanesas venden cerca de 6 millones de botellas a más de medio centenar de países.

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