La evolución de la sequía en el Priorat va mucho más allá de la falta de agua, ya que todo apunta que lloverá, seguro, pero se sabe que hay cambio climático y, por tanto, un incremento de temperatura grande y significativo que promueve una evaporación importante y, en consecuencia, menos agua disponible. A mediados de siglo será un 20% inferior, sin considerar el potencial incremento de la demanda (más población, turismo, incremento de los regadíos…).
En este contexto, pues, la idea de una campaña de concienciación respecto del uso del agua por parte de los ciudadanos, y los sectores socioeconómicos que configuran parece la mejor opción. Una iniciativa, pues, que ponían sobre la mesa Salustià Alvarez, presidente de la DOQ Priorat en una conversación con Vadevi: «Pienso que el departamento de Agricultura activará medidas útiles que puedan ayudar o acompañar los proyectos con más dificultades, y desde la misma DOQ también lo tenemos que hacer». De igual manera Carlos Brull, el alcalde de Falset, pedía soluciones estructurales para la sequía de esta zona del país.
Unos meses más tarde, en sintonía con las plegarias de los expertos, el Gobierno decidió constituir una Comisión para hacer seguimiento de medidas para combatir la sequía en el Priorat. La noticia fue muy bien acogida por el sector, ya que mostraba concreción en acciones reales, funcionales y tan rápidas como sea posible, respecto del territorio y el sector agrícola. Aun así, planteó nuevas preguntas que esta vez el presidente de la DOQ y el alcalde de Falset vuelven a dirigir en una nueva entrevista con este diario.
¿Qué planes tienen pensados? ¿Saben que diferentes instituciones (ACA, Meteocat, INCAVI e IRTA) coordinadas por el IRTA han contribuido a desarrollar un plan que posibilite el riego mínimo en la DO Penedès. ¿Aprovecharán esta estructura funcional?
Salustià Alvarez: En lo que respecta a las soluciones derivadas de la falta de agua debemos trabajar desde tres horizontes muy diferentes. Un primer objetivo para hacer frente a las necesidades del momento actual, que tienen carácter urgente. En segundo lugar, las que se pueden resolver a mediano plazo a 1-2 años que se fijan en el uso del agua de los embalses de Margalef y los Guiaments. Y, un tercer estadio, que se centra en garantizar el riego de la cuenca del Siurana y los usos y servicios del embalse de Siurana. Tenemos constancia del trabajo realizado en el Penedès, donde se ha producido una fuerte implicación de los agentes de la administración para encontrar soluciones. Es indudable que aquí, en el Priorat, tendremos que hacer lo mismo.
Carlos Brull: Parece evidente y necesario que abordemos la gestión del agua y el riego agrícola de una manera más coordinada de lo que institucionalmente se ha hecho hasta la fecha, y que conste que hablo históricamente y no solo de los últimos años. Necesitamos planificar y gestionar bien los recursos hídricos, y en este sentido la fórmula que han encontrado en el Penedès nos parece interesante. Sea como sea, insisto en que debemos afrontar la visión con una mirada larga, a muchos años vista, pero sin perder de vista que ahora mismo tenemos una urgencia que requiere respuestas administrativas urgentes. No hay día que no me encuentre viticultores, campesinos y elaboradores de vino que no me digan que la situación es insostenible después de tres años de sequía extrema.
Todo el mundo sabe que la parte del Priorat-Montsant es de las más secas de Cataluña, sin embargo, ¿cómo se ha llegado a la situación actual? ¿Qué porcentaje atribuyen a la nueva realidad climática y cuál al nuevo uso del agua por este territorio?
SA: La actual situación de extrema excepcionalidad es debida exclusivamente a la falta de lluvias, y totalmente condicionada a los efectos del cambio climático. En la comarca no se ha producido ni un cambio en el uso del agua, ni tampoco un incremento en el consumo durante los últimos 10 años que permita decir que este aspecto pueda ser un condicionante de la extrema sequía que padecemos.

CB: No hay cultivo agrícola ni negocio agropecuario que salga indemne de tres años de sequía continuada. Esta es la principal causa de la situación dramática que vive la agricultura de Falset y la comarca, que en buena parte ha basado su modelo en una agricultura de secano, en la cual el agua era un soporte puntual. Pero, ahora no hablamos de eso. Hablamos de que necesitamos el agua para algo tan básico como salvar las plantas, los cultivos y la mínima producción. En ciertas zonas de la comarca, hay cepas viejas que han muerto después de 70 años habiéndolo aguantado todo, hay cepas que no producen casi nada y hay cepas plantadas hace poco que ya no se desarrollarán adecuadamente y que habrá que arrancar. Es decir, no hablamos en ningún caso de que los campesinos hayan enloquecido regando, sino de la falta de agua más básica. Hablamos de pura supervivencia.
¿Pidieron tiempo atrás disponer de agua del Ebro para llevar agua a la viña? Si es afirmativo, ¿a quién se lo pidieron y cuál fue la respuesta?
SA: Nosotros somos de la Cuenca del Ebro, por tanto, los ríos de la comarca cuando tienen agua abastecen el caudal del río. Ahora que tenemos una sequía importante, nuestros ríos están secos y el Ebro baja más lleno que nunca. Es lógico, coherente y natural que sea el río Ebro quien nos aporte el agua necesaria para el abastecimiento de la comarca, sea para usos agrícolas o agroindustriales.
CB: Desde el Ayuntamiento de Falset y otras instituciones hemos comenzado a hablar con el gobierno, la CHE y el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT), y esta es una posibilidad que está en estudio. Necesitamos agua para salvar la agricultura, pero también para garantizar el suministro de agua potable a los pueblos. En Falset, por ejemplo, hemos pasado el verano con apoyo de cisternas de agua, y hay pueblos donde no hay nada de agua o no se puede beber. La opción de agua del Ebro es una carta que tenemos que tener sobre la mesa, pero no la única. Necesitamos una mirada larga e integral, y eso implica pensar bien la gestión hídrica de la comarca del Priorat a corto, medio y largo plazo, y aquí entra el Ebro, pero también solucionar qué debemos hacer del embalse y del agua del Siurana, que se trasvasa a otra cuenca para abastecer Reus y el Baix Camp. Una situación tan extrema como la actual requiere una mirada amplia y más de una alternativa.
El último cambio político que se ha producido en la Generalitat parece que prioriza garantizar la disponibilidad de agua, al menos en las cuencas internas, que son las que están bajo su responsabilidad, aunque este territorio es de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
SA: El hecho de pertenecer a la Cuenca del Ebro y depender al mismo tiempo de la ACA, no sé bien si ayuda o interrumpe. Lo importante en sí, es encontrar soluciones vengan de donde vengan. Para la DOQ Priorat, disponer de un nombre propio de prestigio internacional y vinculado a la viña, y evidentemente, al vino, nos posiciona como un objetivo a salvaguardar por la administración catalana. Por prestigio, por producto enogastronómico, por referente turístico… Los valores que aportamos al conjunto de las comarcas tarraconenses y a Cataluña son muy importantes.
CB: Es lógico. Sin agua no somos absolutamente nada. El Priorat necesita agua para beber, como todo el mundo, y para sostener un modelo agrícola de calidad sobre el cual hemos fundamentado un modelo de desarrollo rural que ha sido considerado ejemplar en muchos aspectos

¿A qué atribuyen el desamparo hídrico por parte de las administraciones? ¿A la baja densidad de población o al desconocimiento del gran valor de la viticultura más allá de la uva y del vino, como se ha visto en los últimos incendios (para apagar una hectárea de bosque hacen falta 9000 m3 y para regar una de viña 1000 m3)?
SA: Lo que también es cierto, es que el Priorat es una comarca con poca población, sin actividad industrial y con el tercer PIB más bajo de Cataluña. Todo esto podría generar poco interés sobre todo si tenemos en cuenta que también la comarca ha generado errores que a veces no nos han ayudado mucho.
CB: Mientras ha habido el agua mínima que necesitábamos, nadie se ha planteado seriamente que un día nos pudiéramos quedar secos por mucho que hace un montón de años que hablamos del cambio climático. Nadie, y en este sentido es necesario que todos hagamos autocrítica. Pero la administración también debe entender que, en nuestro caso, no hablamos de ningún gran gasto en agua (ni por necesidades agrícolas ni demográficas) y que ha llegado la hora de definir claramente cuál debe ser el modelo de gestión hídrica de la comarca: de dónde sale el agua, qué usos hacemos, etc. Necesitamos al gobierno ahora mismo por dos cosas. Por un lado, para definir muy bien este modelo de futuro y, por otro, para revertir con urgencia la situación catastrófica que ahora vivimos, antes de que sea demasiado tarde. Si no lo hacemos, la comarca vitivinícola y agrícola que ahora conocemos se hunde.
¿Qué pasos harán para obtener agua y hacerla funcional?
SA: Primero, concretar qué nos hace falta y establecer cuáles son los mecanismos de relación con la administración. Segundo, redactar conjuntamente con el Gobierno Catalán un plan para paliar la situación.
CB: Todos los pasos. Todos. No hay ninguna alternativa que debamos dejar de lado.
Si disponen de ella, ¿serán muy estrictos en el mantenimiento de una producción y, por tanto, calidad tipo del Priorat?
SA: La DOQ Priorat se ha hecho un lugar en el mundo del vino, en voz de los prescriptores y las revistas especializadas, por tres criterios muy estrictos. El primero por la identidad de su territorio. En segundo lugar, por la calidad de sus vinos. Y, en tercer lugar, por trabajar con respeto y, sobre todo, mucha seriedad. Y estas tres premisas las tenemos que mantener, inexcusablemente, para continuar evolucionando como una de las regiones y DOQ más notables del mundo del vino.
CB: En la comarca del Priorat la calidad vitivinícola es innegociable. Sin una calidad excepcional, fuera del mundo de los vinos de prestigio, los vinos de Priorat y Montsant no tienen nada que hacer.