El año 2021 hizo el salto a secretario general de Alimentación del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, viniendo de unos años, desde 2017, de ocupar el cargo de director general en la misma consellería. Hoy, Carmel Mòdol, ingeniero agrónomo, especialidad de fitotecnia, sigue pendiente del contexto político y de una formación de gobierno que hoy por hoy es incierta. «Mientras esperamos, seguimos cumpliendo agenda e intentando cerrar los compromisos adquiridos», comparte en una conversación con Vadevi. Habla de proyectos acabados, otros que todavía tienen que ver la luz y también se para a reflexionar en voz alta sobre una realidad complicada para el sector primario, marcada por una crisis climática, las revueltas campesinas, la carencia de relevo generacional y la crisis de los precios, entre otros. ¿El futuro? Si continúa en el Gobierno, dirigirá políticas en beneficio del sector agroalimentario catalán, poniendo la mirada en la trazabilidad, transparencia y divulgación de la calidad del producto autóctono. Si se va, «continuaré haciendo política de sector desde los medios«.

- ¿Qué prioridades ocupan hoy día la agenda pública de Carmel Mòdol?
A la espera de movimientos en el contexto político, nuestra consigna es continuar cumpliendo con la agenda y sobre todo seguir trabajando para dar respuesta en los proyectos con las cuales nos hemos comprometido. Ahora mismo, por ejemplo, estamos intentando emprender un proyecto piloto que tiene por objetivo incorporar contenido alimentario en las escuelas.
- ¿Más allá de los comedores?
Tenemos que dar un paso más allá y enseñar a los niños qué son los alimentos y como se producen. Que tengan nociones de donde salen los productos que después encontrarán en la mesa. Y no hacerlo solo a través del comedor escolar, sino a través de los currículums y actividades formativas y académicas. Todo ello, contribuyendo también a hacer más visible y conocido el sector primario para todo el mundo y generar patriotismo alimentario: consumiendo lo que es próximo, los productos de casa, ayudamos también a las familias que se dedican a ello.
- El mundo del vino no se aleja de esta voluntad formativa, y entrar a las escuelas sería también una asignatura pendiente. ¿Habrá frenos por el alcohol, como en anteriores ocasiones en que se ha intentado?
Hay que poner la alimentación y toda la cadena productiva en el escaparate de una forma razonada y razonable. O nos formamos y aprendemos, o mal vamos. Queda lejos la posguerra, el racionamiento y sufrir por la comida, ahora toca conocer, entender e intentar ser más autosuficientes en materia alimentaria, también en el ámbito vinícola. De hecho, tenemos que pensar que nuestra manera de entender la comida, del campo al plato, ha sido clave para el proyecto que nos ha dado la Región Mundial de la Gastronomía de 2025.
- ¿Acabáis mandato con proyecto y programa avanzados?
Hay un programa totalmente cerrado que se dará a conocer a partir de primeros de año del año próximo. Será una muy buena oportunidad para dar a conocer nuestra gastronomía aquí y en todo el mundo.
Crisis climática y revuelta campesina
- Hemos destacado dos proyectos positivos, pero la legislatura ha dejado momentos menos amables. Existe una grave crisis climática, sigue latente la revuelta campesina que clama por mejoras para un sector primario que está sufriendo… ¿Por donde empezamos?
Los campesinos están viviendo una situación de cruda realidad, y somos conscientes que tienen una base real de malestar, por eso desde el Gobierno y la Conselleria hemos intentado estar a su lado, y buscar soluciones también reales. Creo que hemos apostado fuerte para ayudar al sector, con la activación, por ejemplo, de líneas de ayudas económicas que superan los doscientos millones de euros adicionales que se suman a otras ayudas ya existentes y que hemos podido pactar en la Mesa Agraria. También es cierto que nos hemos encontrado con perfiles profesionales muy diferentes, algunos venían con preocupaciones legítimas, otras con inquietudes o intereses diversos y no siempre coincidentes. Están en proceso de maduración. ¿Mi recomendación? Que consigan representación institucional y que se pongan de acuerdo con las reivindicaciones, porque seguirán teniendo voz, pero más fuerza.
- Parte de las reivindicaciones tienen que ver con el exceso de burocracia, con el incremento del coste de producción o con los bajos precios a los que se paga el producto. ¿Cómo se soluciona, esto?
En el caso de los precios, no existe una fórmula única, sino muchas de simultáneas. Lo que está claro es que, en el caso del vino, el sector tiene que continuar haciendo productos cada vez mejores. Y en paralelo, apostar por campañas de promoción que expliquen esta singularidad y calidad en el mundo por aumentar la notoriedad y contribuir que podamos incrementar los precios del producto porque esto permitirá pagar mejor a nuestro proveedor de uva o vino base. Los costes a los cuales pagamos tienen que permitir viabilidad de cada pequeño proyecto de manera satisfactoria.

La crisis de los precios
- Y a pesar de que la teoría puede ser buena, se continúan pagando precios ridículos para la uva…
La Ley de la Cadena Alimentaria es imperfecta y ha quedado corta en muchos aspectos. Por eso desde el Departamento seguiremos publicando -y esperamos que quien nos siga en Gobierno, si no somos nosotros, también lo haga- el estudio de costes. No tiene validez legal, pero es un indicador de los precios mínimos a los cuales se tiene que pagar el producto para hacerlo viable. Por debajo de estos indicadores, un viticultor puede ir a la ruina. Se tiene que pagar un justo precio, por la uva, por el vino, y si ya partimos de esta base, el producto final se podrá vender más caro y todos ganaremos.
- También desde Gobierno ofrecéis mejoras para facilitar la reconversión, especialmente para quien se ve obligado a arrancar plantas muertas por la sequía. A pesar de ello, hay quien piensa que esta medida no es suficiente porque por ejemplo los agricultores de más de 60 años ya no quieren invertir por falta de relevo…
Si no hay relevo, recomendaría alquilar la tierra para que alguien la trabaje, vender sería el último que haría. La tierra tiene que pasar de mayores a jóvenes, tenemos que conseguir atraer las nuevas generaciones hasta el campo. Desde Gobierno, estamos trabajando en un nuevo plan que en primera convocatoria apoyará normativo y económico al traspaso de bienes (tierras, granjas…) a gente joven, primando las cooperativas para que puedan asumir algunas de estas funciones.
- ¿Y, respecto a la reconversión?
Queremos levantar el límite de las 3 hectáreas, y si la Mesa Agraria está de acuerdo, esto se modificará. También es cierto que se ha hablado mucho de mortalidad de viñas, y ahora que estamos haciendo un recuento tampoco han sido tantas. Hay muchas casuísticas, e intentamos escuchar y dar respuesta a todas. Pasa el mismo con el agua: hay zonas que están sufriendo, pero cuando piensas en soluciones para llevar riego, hay quien te dice que «la viña es un cultivo de secano«…
Inspección y control: garantía de futuro
- Hace un año, en una entrevista que concedió a Vadevi, hablamos más específicamente sobre vuestro trabajo en el ámbito de la inspección y control en vistas al caso de fraude de Reserva de la Tierra que, por cierto, sigue abierto. Antes de entrar de lleno al caso, ¿en qué punto se encuentra el despliegue de nuevos inspectores a los que se comprometió el Gobierno para evitar nuevos fraudes?
Reservamos una partida económica para hacer posible el incremento de inspectores, algunos de los cuales iban directamente a una sección específica del vino. Como no se aprobaron los presupuestos, hemos tenido que buscar una fórmula alternativa que nos permita hacer posible las nuevas incorporaciones de aquí a finales de año. Esta medida es muy necesaria, es una garantía de futuro para el sistema. Hay más de siete mil empresas agroalimentarias en Cataluña y tenemos una potencia brutal. Tenemos que mantener esta reputación con transparencia y buenas prácticas.
- El caso de Reserva de la Tierra sacudió fuerte el sector del vino. Y todavía estamos esperando noticias para ver cómo evoluciona la investigación. ¿Qué sabemos del caso?
El juez ha ampliado la instrucción hasta el mes de octubre. De momento, no se ha encontrado nada que indicara complicidad con las cadenas de distribución y se ha procedido a destruir los muestreos de las botellas de vino que se estaban guardando por la investigación, tanto las de casa nuestra como las de fuera. Por el resto, tenemos que seguir esperando hasta que llegue el juicio.