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Mòdol: «Crearemos una unidad específica para controlar el sector del vino»

Camiones cisterna, los llamados papeles del vino, el caso Reserva de la Tierra… El sector del vino de Cataluña es uno de los más ricos y resilientes en cuanto a patrimonio, paisaje y cultura, pero también ha sido salpicado demasiadas veces por trampas o prácticas irregulares que no favorecen ni de lejos su reputación ni su saber hacer. Sigue latente el gran fraude de la empresa de las Borges del Camp, que ha supuesto un antes y uno después a la realidad vitivinícola actual, también para la Administración, que se ha dado cuenta de la necesidad de reforzar los controles y sobre todo el número de inspectores que pueden hacer de manera aleatoria o dirigida un escáner integral a empresas, viticultores o sociedades que embotellan el paisaje a través del vino.

Carmel Mòdol es el actual secretario general de Alimentación del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, cargo donde llega desde la dirección general de esta sección que en la actualidad ocupa Joan Godia. Conversamos con los dos sobre esta vertiente de inspección y control que tiene que garantizar que todos los productos agroalimentarios que salen al mercado sean óptimos y totalmente aptos para el consumo; no solo esto, sino que también cumplan todos los requisitos que los alejan de estas irregularidades o incluso, ilegalidades.

Carmel Mòdol, secretario de Alimentación, y Joan Gòdia, director general de empresas Agroalimentarias, Calidad y Gastronomía | Foto: Jordi Play

El sector económico más importante de Cataluña

¿Cómo definiríais la industria agroalimentaria de Cataluña?

Carmel Mòdol (CM): Nuestra industria tiene muchas particularidades, pero destacaría su resiliencia, su capacidad de internacionalización y el hecho que tiene una dimensión de industrias básicamente medianas y pequeñas. También es determinante que está homogéneamente repartida por todo Cataluña y que mueve un volumen económico importante de unos sesenta mil millones de euros anuales.

Joan Godia (JG): El agroalimentario es uno de los principales sectores económicos del país: representa el 15% de la economía de Cataluña, con más de 4.000 empresas registradas y da ocupación además de medio millón de personas.

CM: A veces me sorprende que no se conozca más un relato tan espectacular como el que tenemos en el ámbito agroalimentario catalán.

Acompañando esta función más promocional, de acompañamiento y seguimiento, el departamento también es responsable de los controles y las inspecciones para garantizar que los productos que tenemos al mercado sean aptos por el consumo y no haya trampas, por ejemplo, en el origen. ¿Qué ha fallado con Reserva de la Tierra?

CM: El caso de Reserva ha hecho saltar una alarma importante; ha hecho patente, sobre papel, que se han estado moviendo grandes volúmenes de vino catalán de manera irregular.

JG: El caso ha demostrado que en el actual sistema de inspección hacen falta más recursos. De hecho, este caso sobrepasa nuestras competencias, tiene una gran dimensión y ha cogido volada internacional. Se han encontrado vinos de las marcas investigadas en Europa, en los Estados Unidos… ¡Han aparecido vinos de Reserva de la Tierra en California!

¿Qué se ha hecho desde Gobierno para afrontar esta situación y prevenir otros de similares en un futuro?

CM: De entrada, una apuesta para incrementar el número de inspectores: si ahora hay 12 personas trabajando en este servicio, duplicaremos los profesionales que tienen que llevar a cabo este tipo de controles. Los nuevos efectivos tendrían que incorporarse este mismo 2023 y en el conjunto, destacará un elemento importante: habrá una unidad específica que dará seguimiento y control exclusivamente al sector del vino.

¿Se crea esta unidad porque lo del vino es el sector que podría estar cometiendo más infracciones?

CM: No, en absoluto. Al contrario. Es el sector que puede generar más valor añadido, pero solo si trabajamos bien. Tenemos actores, activos y relato, y si apostamos por la autenticidad, la originalidad y la calidad, tenemos mucho ganado. Pero para que esto sea posible, hace falta responsabilidad y que todo el mundo haga las cosas bien.

Secretario y director general, en la sede del Departamento de Alimentación en Barcelona | Foto: Jordi Play

A pesar de ello, estos días ha vuelto a saltar a la palestra el tema de papeles y camiones cuba que entran vino de fuera para embotellarse como catalán…

CM: Hay inspecciones constantemente, pero no podemos actuar con base a un tuit o a un mensaje que nos hacen llegar por WhatsApp. Tenemos que ser responsables y actuar de oficio cuando haya indicios que así lo justifiquen.

JG: También es cierto que es muy difícil pillar una mala práctica a partir de los controles administrativos que se hacen a los camiones. Básicamente, porque estos acostumbran a llevar los papeles en regla, puesto que lo que hacen es transportar vino de una bodega a otra que lo embotellará como vino de mesa. La pregunta que nos tenemos que hacer es: ‘¿qué pasa después con este vino, cuál es su destino final’? Y aquí es donde nosotros tenemos que actuar.

¿Como se puede actuar?

JG: Sumado a las inspecciones que podemos hacer, que son muy integrales y forénsicas, existe la e-RVC que es esta herramienta a la cual vamos añadiendo funcionalidades en esta dirección: gracias a ella, podemos acceder a todos los detalles de cada cosecha, vendimia y producción. Cuántos kilos salen de cada parcela, cuántas botellas de vino se vinifican de aquella parcela…

Joan Gòdia dice que desde el Departamento habían hecho varias inspecciones a Reserva de la Tierra | Foto: Jordi Play

Pero en el caso de Reserva, y en todo el tiempo que lleváis al Departamento, estas prácticas no se detectan. ¿Habíais hecho inspecciones antes de que explotara el caso?

JG: Sí, se habían hecho algunas inspecciones previas; esta última no había sido ni mucho menos la primera que hacíamos.

De hecho, precisamente cuando se destapa el caso, vosotros estabais investigando…

CM: Así es. Unos meses antes de destaparse todo recibimos varios avisos preocupantes de alguna denominación de origen catalana y activamos una investigación. Hasta que vinieron los Mossos de Esquadra y nosotros nos retiramos, no sin antes trasladar todos los expedientes iniciados a las autoridades competentes.

Hay cinco DO afectadas (DO Montsant, DO Terra Alta, DO Tarragona, DO Cataluña y DOQ Priorat) y todas ellas se personaron contra la causa; incluso vosotros, como Gobierno os acabáis personando.

CM: Cierto. Entendemos que es un tema grave y que es un agravio muy importante contra la reputación del sector vitivinícola de Cataluña.

¿En qué punto se encuentra, el proceso de investigación?

CM: Esta información de momento es reservada y no la podemos compartir por responsabilidad. Aun así, es bastante sintomático que el juez haya ampliado seis meses la instrucción del procedimiento porque el caso tiene características de gran complejidad y los volúmenes que movían son enfermizos.

¿Hay castigo suficiente para a las personas que cometen fraudes en el vino?

JG: La nueva Ley de la Cadena alimentaria determina unas sanciones económicas muy importantes, pero de momento no son considerados delitos de prisión.

¿El caso Reserva podría ver los imputados a prisión a causa de las dimensiones del fraude?

CM: Esto lo decidirá el juez. Y hoy por hoy, todo es todavía muy incierto.

25.04.2002, Barcelona Carmel Mòdol, secretario de Alimentación, y Joan Gòdia, director general de empresas Agroalimentarias, Calidad y Gastronomía. foto: Jordi Play

Terra Cellars, todo correcto

El fondo Sherpa Capital compró Reserva de la Tierra, ha cambiado el nombre y quiere recuperar el negocio de venta de vinos. Desde la Generalitat ¿habéis hecho algún contacto o inspección antes de que retomara la actividad?

JG: La Generalitat no tiene que hacer ninguna inspección per se; si existe denuncia, actuaremos; pero de momento, toda la documentación que ha presentado Terra Cellars al registro de la Administración es correcta; y puedo asegurar que la revisión se ha hecho muy concienzudamente.

¿Entra dentro de la legalidad poder comprar un ‘negocio’ que está siendo investigado por fraude?

CM: Nosotros somos agrónomos, no abogados. Pero, como decíamos, la documentación presentada a registro es correcta.

De hecho, la renovada empresa -que cambió de nombre después de la compra- ya se han puesto en contacto con algunas DO catalanas donde tradicionalmente embotellaba Reserva de la Tierra para retomar el contacto y seguir sacando el mercado vinos bajo su sello. ¿Estáis al caso?

JG: Sí, y de hecho ya hay alguna denominación de origen que los está aceptando vinos porque cumplen con todos los requisitos para poder embotellar y comercializar bajo su amparo.

«El vino catalán es muy barato por la calidad que hacemos»

Cuando os personáis contra la causa del entonces presunto fraude lo hacéis porque puede dañar la reputación de las DO y el sistema vitivinícola catalán. ¿Creéis que el sector lo ha sufrido?

CM: Las DO afectadas están haciendo bien el trabajo y desde el principio ha habido un miedo inicial que todo ello perjudicara gravemente su reputación.

Insisto: se hacen cosas bien, y los primeros interesados en que esto sea así tienen que ser las mismas bodegas, cooperativas, payeses, las DO…, todos los eslabones de la cadena. Podemos ser un sector líder del país y marcar camino siempre que se haga valer el producto en todo el proceso. El vino que hacemos es muy barato en relación con la calidad que tiene y cuando viene un visitante de fuera alucina que pueda comprar segundos qué marcas por menos de 20 euros. ‘Tendrían que valer más de 200!’, me han llegado a decir amigos americanos.

Carmel Mòdol considera que al final ‘se sabrá todo’ respecto al caso de Reserva de la Tierra | Foto: Jordi Play

Al final, Se sabrá todo

El proceso para determinar qué ha pasado con Reserva de la Tierra sigue entre salas judiciales, pendiente todavía de muchos procesos antes de ver resultados. ¿Qué debemos esperar que pase?

Hay un libro de Xavier Bosch que se titula Se sabrà tot y estoy seguro de que así será. Estamos absolutamente conjurados para que así sea y este año o el año que viene tienen que ser definitorios para encontrar respuestas.

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