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El sector del vino francés podría perder 800 millones por los aranceles de Trump

Los vinos franceses son de los más vendidos en los Estados Unidos. Si bien es cierto que los estadounidenses tienen una gran estima por los productos vitivinícolas que se producen dentro de su territorio, el vino francés siempre ha sido un best-seller. Es por eso que, en 2024, Reuters publicaba que el sector de los vinos de Francia ganaba alrededor de 3.800 millones de euros en ventas en el mercado estadounidense. No es de extrañar, pues, que tras el anuncio oficial de las nuevas políticas arancelarias que pone en marcha Donald Trump, algunos actores económicos del país donde nació el champán resalten el peligro que les supone la medida, hasta el punto de que auguran la pérdida de 800 millones de euros, aproximadamente. «Esta política solo creará perdedores», reconoce Gabriel Picard, presidente de la Federación Exportadora de Vinos y Bebidas Espirituosas de Francia (FEVS, por sus siglas en francés).

Las exportaciones francesas de vinos y espumosos a los Estados Unidos aumentaron un 5% en 2024, alcanzando casi 4.000 millones de euros. Esta podría ser una situación que no se volvería a repetir, sobre todo después de que Trump haya hecho oficiales nuevos aranceles del 20% para todos los productos de la Unión Europea que entren en el mercado estadounidense. Francia no se ha tomado el anuncio a la ligera y, de hecho, el peligro para el país podría ser mayor que el de cualquier otro exportador. En este sentido, los vinos franceses son los más vendidos en los Estados Unidos después de los vinos del Valle de Napa. Una situación que desde la FEVS han criticado y han asegurado en un comunicado que la medida no solo tendrá un impacto negativo para los datos de exportaciones francesas, sino que afectará de cerca la economía de los importadores, vendedores, distribuidores y, finalmente, los consumidores americanos.

La realidad es que los vinos franceses tienen un gran valor dentro del mercado estadounidense y han creado una gran marca dentro de las fronteras del país que actualmente dirige Trump. En otras palabras, los vinos de Francia ya son caros dentro de los EE. UU. y con los nuevos aranceles sobrepasarán mucho más el límite de gasto de los consumidores americanos, lo cual es muy probable que los deje fuera del mercado regular y, por lo tanto, pierdan competitividad. De esta manera, con la aplicación de los aranceles del 20% y sin un objetivo claro de absorción del costo extra por parte de las bodegas, este incremento se trasladaría directamente al bolsillo de los compradores americanos que, a pesar de estar dispuestos a pagar más por los vinos franceses, podrían reducir sus compras. Según Picard, este choque arancelario no es una buena noticia ni para Europa ni para los Estados Unidos. El presidente de la FEVS también añade que no son los únicos que ven un futuro difícil, ya que «los homólogos norteamericanos, con los que han trabajado durante décadas, también están transmitiendo este mensaje a las autoridades norteamericanas».

El president dels EUA, Donald Trump / EP
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump / EP

Diálogo por el libre mercado

Francia exige diálogo y así lo ha trasladado a la Comisión Europea. De hecho, el país se ha abanderado de la lucha por hacer una excepción con los vinos y el bourbon americano en la imposición de aranceles del 25% a los productos importados de los Estados Unidos. Así, en el anuncio de las represalias que tomará Bruselas contra los Estados Unidos, estos productos no se verán afectados, gracias a las demandas francesas, ya que insistían en la posibilidad de que aún se empeorara la situación. Hace unos meses, Trump amenazó con aranceles del 200% para los vinos europeos si se hacía efectivo el incremento de los gravámenes al whisky americano, lo cual ha provocado que Francia pida ir con pies de plomo y, finalmente, la CE haya accedido.

Pero, la utopía francesa no es una guerra arancelaria, sino más bien un free flow de productos entre Europa y los Estados Unidos. La FEVS argumenta que lo mejor que podría pasar entre los dos países es una política de libre mercado. De hecho, ellos mismos ponen el acento en la importancia de mantener un diálogo bilateral abierto y constructivo, centrado en una agenda positiva sobre cuestiones comerciales transatlánticas. «Durante treinta años, los licores han optado por la eliminación completa de los aranceles entre los Estados Unidos y la Unión Europea, en beneficio de los productores a ambos lados del Atlántico», destaca Picard quien añade que se podría «hacer lo mismo con los vinos». Precisamente, la FEVS propone un Acuerdo Recíproco y de Comercio Justo sobre Vinos y Bebidas Espirituosas a la Comisión Europea. «Esperamos que la Comisión lo incluya inmediatamente en su agenda positiva para las conversaciones con los Estados Unidos, de manera que, junto con los licores, los vinos puedan contribuir a construir una relación comercial positiva entre los Estados Unidos y la Unión Europea«, concluye el presidente de la entidad francesa.

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