«Hasta siempre papá», compartían sus hijos a través de las redes sociales. Eva y el Eloi Bonet se despiden de su padre, Jaume Bonet, que ha traspasado esta pasada noche.
Jaume Bonet era el alma de la bodega Comalats, una persona que dedicó su vida a la viña y el vino desde la Ametlla de Segarra, un pequeño núcleo rural de la comarca de la Segarra, en Lleida. Así lo recuerdan en los mensajes de despedida. «Tu recuerdo será infinito y tu vacío será grande, demasiado grande», escriben. «Pero en cada paso firme a la viña te pensaremos, te sentiremos, te tocaremos y nos abrazarás. Sabemos que nos guiarás ahora y siempre, estarías orgulloso».
Un hombre fuerte de la Segarra que deja huella
Jaume Bonet era una persona querida, muy defensor de su zona de origen, y así se le recordará: «Todo el mundo nos escribe maravillas de tú, la gente te quiere y has dejado huella, la huella de un hombre fuerte de la Segarra».
Los orígenes de Comalats
Comalats es lo nombre histórico del área geográfica comprendida entre la sierra de Forés y Cervera. Un terreno, explica la propiedad, que es «bastante singular«, puesto que está formado por un conjunto de sierras y valles paralelos de levante a poniente. Cada valle es una coma y una sucesión de valles es una Comalada, de aquí el nombre de la bodega, detallan.
Sea como fuere, también es cierto que la tradición vinícola de la familia Bonet viene de años, pero no fue hasta el año 1989 que Jaume Bonet impulsó su propio proyecto. Pasados estos primeros años, ahora trabajan poco más de una docena de hectáreas de viña y embotellan sus propios vinos bajo el amparo de la Denominación de Origen Costers del Segre, en la sub zona de la Vall del Corb, y con la calificación de vinos ecológicos del Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica.
