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Joan Soler finaliza su etapa como presidente de la DO Pla de Bages

Ha estado ocho años como presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Plan de Bages, pero entiende que dos mandatos son suficientes -te permiten empezar y acabar proyectos- y que ahora es momento de pasar el relevo «a nuevos liderazgos y nuevas sensibilidades» que puedan emprender «nuevos retos y poner sobre la mesa nuevos objetivos» para garantizar continuidad y solidez a la entidad del vino del territorio.

Joan Soler es un enólogo de raíz, de aquellos que hace muchos años que se dedica a la profesión de hacer y acompañar en el proceso de hacer vino. Vinculado a proyectos del Bages, pero también otros puntos de la Cataluña vinícola, ahora ha decidido que no continuará al frente de la entidad del vino de esta región histórica. «Es importante que haya relevo«, apunta, y justifica que sumado a esta voluntad de dar a nuevas miradas, también hay un motivo personal. «Este cargo pide tiempo y disponibilidad, que compaginado con tu trabajo y vida personal hace que a menudo se tengan que hacer muchos equilibrios», apunta.

Joan Soler, a la derecha, con Eva Ferré, secretaria y el antiguo secretario Joan Francesc Baltiérrez | Foto: DO Pla de Bages

Un valor: conseguir la unanimidad en la toma de decisiones

Sea como fuere, Soler marcha contento del trabajo hecho. Insistiendo, sobre todo, en un elemento que «se ha mantenido» a lo largo de los ocho años de presidencia y que tiene que ver con «la unanimidad en la toma de decisiones«. «Este ir a la par nos ha permitido destinar la energía a avanzar, a hacer pasos consensuados mirando adelante», comparte el enólogo.

Y sumado a la gobernanza, también señala el incremento de número de bodegas a la DO en estos últimos años, que se haya incrementado el precio al cual se paga la uva en la zona -llegando a pagar de media entre 90 céntimos y un 1 euro, comparte el presidente-, y otros intangibles que tienen que ver, dirá, con un incremento significativo del sentimiento de pertenencia a territorio, «hemos conseguido que haya mayor autoestima y que el vino acontezca un producto que nos aporta relato, que nos explica», comparte con orgullo. «El mundo del vino como vinculación a paisaje, a identidad sensorial y paisajística, como sector que tiene cura del entorno». «Y si el paisaje se ve cuidado, es símbolo inequívoco de bienestar«, añadirá.

Las construcciones de piedra seca son una parte importante del patrimonio histórico y cultural del Bages | DO Plano de Bages
Las construcciones de piedra seca son una parte importante del patrimonio histórico y cultural del Bages | DO Pla de Bages

Estudio de relato y colaboración con entidades del territorio

Reconoce también que la pandemia fue un punto y aparte, pero que en su caso aprovecharon para mirar adentro y para hacer un estudio de relato, de discurso, de líneas estratégicas. «Esto nos ayudó a unificar el relato y a creernos quién éramos y que queríamos conseguir», dirá. Además, coincidiendo también con estos últimos años, se ha intensificado lo trabajo colaborativo entre entidades del territorio, algunas públicas y del ámbito turístico, para poder sumar activos y atractivos en el territorio.

Se refiere, por ejemplo, a la Ruta del Vino del Bages, a la Fiesta de la Vendimia o al VIBA, que está dando visibilidad a un sector histórico pero a la vez emergente en el territorio.

Joan Soler también deja huella en aspectos más vinculados a la viña y la viticultura, a través del proyecto de plantación y recuperación de variedades históricas a Torre Lluvià; o el trabajo de recuperación y revalorización de la piedra seca, como el que se hace en colaboración con Cáritas Diocesana.

Lo futuro está, pues, encarrilado, pendiente del cambio en el equipo de gobierno, que puede reforzar o iniciar nuevos caminos. Parece que hay algún nombre sobre la mesa, pero de momento nada cerrado para dar por confirmado el relevo.

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