Este año se cumplen veinte años desde que el organismo independiente Bureau Veritas empezó a certificar los procesos de vinificación y elaboración de Recaredo. Así, de la viña a la vinificación y elaboración a la propiedad familiar y también la larga crianza a las cavas, sus vinos cuentan con un «compromiso de transparencia y rigor que muestra claramente como se obtienen estos productos excelentes y que reflejan su origen de terruño», tal como describe la propia bodega.
«Un compromiso exigente y riguroso»
Recaredo parte de la premisa «decir qué hacemos y hacer el que decimos», el 2003 Recaredo decidió certificarse para dar información veraz, relevante y transparente sobre su trabajo como viticultores y elaboradores, en un ejercicio de honestidad hacia el consumidor. Cómo afirma Ferran Junoy, director general de Recaredo, «un compromiso exigente y riguroso en la elaboración de vinos espumosos que cumple nuestro sueño de referenciar el territorio Corpinnat como sinónimo de calidad, conocimiento y tradición arraigada a un espíritu innovador».
Así, desde hace 20 años, Bureau Veritas, líder mundial en servicios de inspección, certificación y ensayos, certifica el trabajo hecho en viñas propias vendimiadas a mano y cultivadas de manera ecológica y biodinámica, por la vinificación y elaboración a la propiedad familiar de vinos escumosos de más de 30 meses de crianza y haciendo la segunda fermentación en botella con mosto ecológico en vez de caña de azúcar. También audita la excepcionalidad de la manera de hacer de Recaredo, desde el tapón de corcho natural durando toda la crianza y para la totalidad de las botellas hasta la aclarado manual en pupitres o lo desgorjat a mano sin congelar el cuello de la botella.
Vinos de terruño con identidad 100% Penedès
Todo ello permite a Recaredo demostrar que sigue la filosofía de elaboración de vinos de terrero comprometidos con la identidad más sincera de la región vitivinícola donde se sitúan, el Penedès, siente una de las pocas casas del mundo, por ejemplo, que sigue la exigencia cualitativa y medioambiental del tapón de corcho para la crianza de todos sus Corpinnats. El corcho, de hecho, protege de la oxidación y permite una evolución más lenta, a la vez que proviene de una industria regenerativa, que requiere menos energía y genera menos residuos. Además, no emite gases de efecto invernadero sino que absorbe y permite una economía circular, reciclando todos los tapones provicionals.
Esta aplicación del tapón de corcho hace que las botellas se tengan que desgorjar a mano, una a una, un arte para expulsar las madres de la segunda fermentación en botella. En el caso de Recaredo, todas las botellas se desgorgen a mano a la temperatura fresca y natural de las cavas, que es de unos 16 °C. Todo un ejercicio de profesionalidad y por mantener vivo el oficio de desgorjador, además de un acto de respeto para las largas crianzas y por el medio ambiente.
