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Victoria sindical en Freixenet: menos despidos y más garantías

La lucha sindical para hacer retroceder a la directiva de Freixenet ha terminado en una victoria agridulce para Comisiones Obreras. La empresa vitivinícola catalana-alemana ha llegado a un acuerdo con el comité de empresa tras ocho reuniones infructuosas y una última negociación de más de 12 horas. El ERO que el 24 de abril desencadenó semanas de manifestaciones y protestas de los sindicatos y también la unión de ayuntamientos, vecinos y trabajadores en una sola causa se ha reducido de 180 despidos a 154. Si bien es cierto que el número no parece haber bajado mucho, las condiciones de estas salidas, así como las indemnizaciones, han hecho que los sindicatos celebren el fin de este período amargo. «Las circunstancias no son para celebrarlas», argumenta Antonio Domínguez, representante de CCOO en las negociaciones con Freixenet, pero también asegura que han conseguido un gran acuerdo para todos aquellos compañeros que se marcharán. Una victoria, pues, que marca un antes y un después en la historia de Freixenet y demuestra -a juicio de los sindicatos- la unidad del sector del cava frente a las injusticias.

«Estamos muy aliviados de que por fin hayamos conseguido un acuerdo justo», explica Wellignton, representante de los trabajadores de Freixenet de UGT, que a pesar de no tener la mayoría como sindicato, también se sumó a las protestas de CCOO. El pacto ha llegado in extremis, a las dos de la madrugada y tras horas de negociaciones, pero «es un buen trato», afirman desde los sindicatos. En concreto, los 154 trabajadores que serán despedidos de Freixenet lo harán de manera voluntaria. En este sentido, la directiva ha accedido a unas muy buenas condiciones para incentivar la voluntariedad y no tener que despedir a nadie. De estos trabajadores, alrededor de unos 30 serán prejubilaciones, otro de los objetivos que planteaba el sindicato en las negociaciones, ya que en un primer momento Freixenet quería comenzar despidiendo a los menores de 50 años. En cuanto al acuerdo específico, aquellos trabajadores que quieran marcharse de manera voluntaria accederán a una indemnización de 50 días por año trabajado, sin límite de mensualidades, «un acuerdo que no se ve todos los días», expresa Wellignton, quien recuerda que es un buen pellizco de dinero. No obstante, si no hay suficientes salidas motu proprio, Freixenet acabará despidiendo al resto de trabajadores que queden, eso sí, la directiva se ha comprometido a abrir una bolsa de trabajo de la cual extraer trabajadores en caso de que la producción mejore y se necesiten manos.

Trabajadores de Freixenet bloquean el acceso a la sede de la empresa, en el inicio de la huelga contra el ERO presentado por la dirección de la compañía / ACN (Jordi Pujolar)
Trabajadores de Freixenet bloquean el acceso a la sede de la empresa, en el inicio de la huelga contra el ERO presentado por la dirección de la compañía / ACN (Jordi Pujolar)

Hace más de un mes Freixenet anunció que quería despedir al 25% de su plantilla debido a los estragos que había causado la sequía a nivel económico y productivo. Los sindicatos no tardaron en liderar la lucha de los trabajadores de la compañía vitivinícola y desde aquella última semana de abril no han dejado de manifestar su malestar con esta situación. Desde un primer momento, CCOO pidió el cese de este ERO y durante las ocho primeras jornadas de negociaciones parecía que la dirección no iba a cambiar de opinión. Paralelamente a las reuniones, un millar de personas se unían en las calles de Sant Sadurní d’Anoia para protestar contra este despido. Trabajadores de Freixenet, alcaldes y cientos de vecinos apoyaban una causa que en algunos momentos parecía perdida. De hecho, tanto desde UGT como desde CCOO confirman a Vadevi que el seguimiento de todos los que se han comprometido con la causa ha sido uno de los puntos clave para presionar a la directiva de Freixenet y que hayan terminado por llegar a un acuerdo. «Lo que ha pasado estos días no se había producido nunca», concreta Domínguez, quien insiste en que gracias al apoyo de la administración pública de Sant Sadurní, de pueblos cercanos e incluso de algunos partidos parlamentarios «hemos lanzado un mensaje claro».

El futuro del cava

Los sindicatos nunca creyeron que las razones para despedir al 25% de la plantilla de Freixenet estuvieran relacionadas con la sequía. En primera instancia, el representante de CCOO en la empresa vitivinícola ya reconocía que era «una medida estructural para un problema temporal» y, por tanto, había alguna otra razón. Para los sindicatos, Freixenet quería continuar comercializando alguno de sus productos fuera de la DO Cava y sin utilizar el método tradicional, pero manteniendo la marca. De esta manera, en el extranjero podían triunfar para mantener el nombre, pero no el contenido. Domínguez ya aseguraba al principio de las negociaciones que los nuevos métodos que podría querer utilizar Freixenet eran menos complejos y, en consecuencia, necesitaban menos mano de obra. Freixenet, que no ha querido hacer más declaraciones a este diario más allá del anuncio del acuerdo, nunca afirmó ni desmintió las acusaciones sindicales y se mantuvo en su primera declaración: el ERO se pidió por sequía.

Al ser preguntados por este punto después de las negociaciones, Domínguez confirma que no ha habido ninguna otra mención más allá de la sequía, pero reconoce que desde el sindicato han querido poner sobre la mesa la fragilidad del sector del cava en estos momentos. Es por eso, que desde Freixenet se ha aceptado que se cree una comisión para trabajar desde dentro dónde acabará el sector y cómo se debe trabajar para sobrevivir: «No solo nos preocupa el presente, también pensamos en el futuro», argumenta a Vadevi el representante sindical de CCOO en Freixenet. Esta nueva comisión pretende abrir un espacio estable de diálogo donde se puedan anticipar posibles escenarios de crisis y prepararse con tiempo. Domínguez insiste en que solo con una visión comprometida será posible garantizar la continuidad y la calidad de un producto tan emblemático como el cava.

Imagen de uno de los adhesivos de Comisiones Obreras contra el ERO de la empresa vitivinícola Freixenet / J.C.
Imagen de uno de los adhesivos de Comisiones Obreras contra el ERO de la empresa vitivinícola Freixenet / J.C.

La caída de la punta del iceberg

«Sant Sadurní d’Anoia no había tenido nunca tanta gente en la calle desde el 3 de octubre de 2017», aseguraba en unas declaraciones Pere Vernet, alcalde del municipio. Así, la lucha de los trabajadores para hacer retroceder a Freixenet ha tenido un amplio apoyo, sobre todo de aquellas poblaciones vitivinícolas que también sobreviven gracias a los frutos de este sector. Para los sindicatos las protestas eran necesarias no solo para salvar a los trabajadores sino para demostrar que no es un sistema que se pueda replicar. «Este acuerdo recordará a empresas que puedan hacer lo mismo que hay que pensarlo dos veces», describe Wellignton. Los sindicatos afirmaban ya en las manifestaciones tras el anuncio del ERO de Freixenet que si no se detenía, este podría ser solo el principio. En los parlamentos frente al ayuntamiento de Sant Sadurní d’Anoia algunos representantes de los trabajadores afirmaban que «era la punta del iceberg» y que podría generar una reacción en cadena en otras empresas. Domínguez desconoce si esta acción habrá lanzado un mensaje y también asegura que «no todos los comités de empresa tienen la misma tracción que el de Freixenet». Ahora bien, el sindicalista confirma que desde CCOO velarán por la seguridad de los trabajadores del sector del cava, gracias a la amplia representación que tienen en muchas de las grandes empresas del mundo vitivinícola: «Continuaremos vigilando», concluye Domínguez.

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