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¿Cuál es la uva más antigua de Cataluña?

Cataluña, a día de hoy, tiene múltiples bodegas con muchísima historia. Empresas centenarias, muy a menudo familiares, que han tomado el relevo en la tradición de obtener de la tierra la uva y el vino con el que hemos convivido durante generaciones y generaciones. Algunas bodegas tienen además viñedos centenarios, en ocasiones anteriores a la llegada de la filoxera, una de las catástrofes más grande que ha vivido el sector vitivinícola en el mundo.

Más allá de esto, todavía hay elementos más antiguos, algunos milenarios, que demuestran la relación antiquísima de los habitantes del actual Cataluña con el vino y que, de hecho, se remontan a cuando todavía no había catalanes. De entre ellos, hoy destacamos uno: el grano de uva más antiguo que nunca se ha encontrado en nuestro país, en un vestigio de hace más de 2.300 años.

Este grano de uva carbonizada es lo más antiguo que se ha encontrado nunca en Cataluña y tiene más de 2.300 años | Ayuntamiento de Calafell
Este grano de uva carbonizada es lo más antiguo que se ha encontrado nunca en Cataluña y tiene más de 2.300 años | Ayuntamiento de Calafell

Un grano con semilla, pulpa y piel

El año 2011, los arqueólogos que trabajan a la ciudadela ibérica de Calafell, en el Baix Penedès, lo encontraron en el interior de un silo que, a la vez, había sido descubierto en 2006, durante las excavaciones del que, al parecer, era la casa del caudillo del pueblo. A pesar de que estaba totalmente carbonizado –y precisamente por eso– este grano de uva estaba entero, conservando la semilla, la pulpa y la piel. Un hecho mucho y muy extraño, puesto que, habitualmente, el paso del tiempo solo deja, como máximo, las semillas.

Una muestra de la larguísima relación del país con el vino

El descubrimiento de este resto «excepcional y única» del siglo III a. C., como fue descrita en aquel momento, es uno de los elementos descubiertos los últimos 20 años que ha puesto de manifiesto como la relación del territorio que es actualmente Cataluña y el cultivo de la viña ya era muy importante para los íberos. Por el que se sabe, aquellos antiguos habitantes del país comían la uva no solo como fruta fresca, sino también secada, como pasas, y también lo usaban para elaborar vino.

La ciudadela de Calafell fue reconstruida en un proyecto pionero a la Península | Calafellvalo / Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)
La ciudadela de Calafell fue reconstruida en un proyecto pionero a la Península | Calafellvalo / Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)

La ciudadela de Calafell, un yacimiento muy especial

En este caso, quien disfrutaba de la uva eran los cosetanos, la tribu íbera que levantó la ciudadela de Calafell encima de un pequeño cerro cerca de esta localidad. Hace más de 2.000 años, servía para controlar tanto el territorio de los alrededores como la llegada de productos a través del mar. En aquel momento, gran parte de los alrededores eran humedales, donde los íberos pescaban y cazaban.

La ciudadela empezó a ser excavada a partir de 1980 y es especial porque, por primera vez a la península Ibérica, fue reconstruido con técnicas de arqueología experimental, es decir, que encima de los restos se levanta un nuevo poblado que simula el real. Esto se pudo hacer gracias a un proyecto dirigido por Joan Santacana y que se llevó a cabo entre 1992 y 1994, en un ejemplo de reconstrucción pero también de museografía didáctica. Gracias a esto, las casas se pueden ver y entrar adentro, hacer la ronda por las murallas, subir a las torres y examinar los objetos cotidianos de los cosetanos.

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