La Feria del Vino de Falset, la muestra de vinos de la DOQ Priorat y la DO Montsant presenta cifras de récord. En este fin de semana, se han servido unas 57.000 degustaciones de vino en 9.500 tickets de seis catas. Así, el ciertamente ha superado por segundo año consecutivo todos los récords de asistencia de las 28 ediciones que lleva. Hasta ahora la cifra más alta era la de 2022 con 42.000 degustaciones mientras que el 2017, cuando lo Primero de Mayo también cayó en lunes, fueron 37.000. Además, la muestra no se para sino que continuará en las bogegas durando todo el mes de mayo, con degustaciones a pie de viña con reserva previa.
«Un herramienta de primer nivel» para la comarca
Los actos en Falset y otras pueblas de la comarca han sido, según la organización, un «éxito absoluto de visitantes» y, en conjunto, durante este fin de semana larg más de 35.000 personas han asistido a alguno de los acontecimientos de la Feria del Vino. Cómo afirma Carlos Brull, alcalde de Falset y presidente de la comisión organizadora, en estos 28 años la feria ha acontecido «una herramienta de primer nivel al servicio de la comarca del Priorat», a la vez «un certamen comercial» y «una feria vitivinícola, una fiesta de la comarca y una promoción enoturística» que atrae «gente de todo el país y de todo el mundo».
Requesón ha destacado el perfil del visitante, un público «a quien interesa el mundo del vino y tiene un nivel de conocimiento alto» y también «muy joven, alrededor de la treintena», que consume vino todo el año y que va a la feria para «saber más cosas del mundo del vino, la tierra, las variedades y las bodegas». Esto, junto con la participación, en esta edición, de 65 bodegas (55% de la DOQ Priorat y 45% de la DO Montsant), en fan un acontecimiento más que consolidado.
La feria continúa en las bodegas
Ahora, como decíamos, la Feria del Vino de Falset continúa a las bodegas hasta final de mes en varias bodegas de la comarca del Priorat. Así, en colaboración con las denominaciones de origen, se quiere convertir toda la comarca en un «recinto ferial» que ofrezca degustaciones, un gran escaparate vitivinícola que dé continuidad para que la feria no se pare y continúe siendo útil a las bodegas, transcendiendo la visita de un día y organizando estancias de un fin de semana o de más días para conocer mejor la comarca y sus propuestas enoturístiques.
