La crisis bancaria de Sillicon Valley ha generado pánico entre las bodegas de California, en Estados Unidos, muchas de las cuales trabajaban con ellos. Según explica Wine Enthusiast, algunos de los productores de la zona vieron como su institución financiera desaparecía de un día para otro.
Un banco colapsando en el peor momento
El medio habla, por ejemplo, de Tegan Passalacqua, de la bodega Sandlands, que a partir de viernes pasó días en el que denomina un «purgatorio de ansiedad» mientras miraba qué podía ser. A pesar de que tenía 250.000 dólares asegurados a la Corporación Federal de Depósitos de Seguros, la bodega acaba de poner a la venta todos sus vinos de invierno y, cuando el banco cerró, tenía más del doble de esta cantidad. Lo peor momento porque los pasara.
El segundo hundimiento bancario más grande de la historia de los Estados Unidos
Tal como recuerda ‘Wine Enthusiast’, el hundimiento del Silicon Valley Bank ha sido el segundo más grande de la historia de los Estados Unidos y era uno de los preferido de las ‘startups’ tecnológicas y los fondos de capital riesgo, que retiraron grandes cantidades de dinero el pasado miércoles, justo después de que la entidad declarara pérdidas enormes. A pesar de que sus intereses en el mundo del vino eran un 2-3% del total, las 400 bodegas que tenían cuentas ahora están mirando de salvarse cómo puedan.
Por suerte, todos los depositarios de los fondos del banco fueron incluidos en la excepción de riesgo sistémico que aprobó este domingo el gobierno de los Estados Unidos, en un movimiento muy poco habitual. Además, según informaron las diversas instituciones involucradas, «ninguno de las pérdidas asociadas a la resolución del Silicon Valley Bank se repercutirán en quienes pagan impuestos».
Este movimiento, pero, ha causado algunas respuestas airades considerando que están salvando empresas de élite puesto que, además de bodegas, hay empresas de criptomonedas y de inversión en placas solares. Las bodegas, pero, que son una parte pequeña y dedicada íntegramente a la economía productiva, vieron con muchísima preocupación el colapso. Cómo explica en el artículo Adam Lee, de Clarice Wine Company, la preocupación se extendió porque las bodegas no sabían qué podía pasarlos.
Una preocupación que continúa
La preocupación, además, continúa afectando los productores. Si su departamento de vinos cierra, se podrían encontrar sin crédito y perder la fuente de financiación de uno de los pocos bancos que los dejaba dinero. Sin embargo, el sector cree que se saldrá, puesto que hay varios bancos y atres compañías que se han interesado en comprar la división de vinos del Silicon Valley Bank. Así pues, es muy posible que, después de unas malas semanas o meses, en el peor de los casos, su actividad pueda continuar.
