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Los conejos se convierten en el mayor problema del viñedo leridano

La superpoblación de conejos se ha convertido en una auténtica amenaza para varios tipos de cultivos en Lleida, entre ellos algunos viñedos. Los estragos que estos animales están causando a los agricultores leridanos son tan grandes que incluso han exigido medidas contundentes al Gobierno para minimizar los daños: «La plaga en nuestra zona está peor que nunca y los conejos los hemos tenido que matar los agricultores o cazadores con nuestros recursos», lamenta a la ACN Ramon Boleda, agricultor de Verdú y miembro de la plataforma Pagesos o Conills. No solo ellos, sino también la patronal, Unió de Pagesos, ha recordado la necesidad de una intervención clara por parte de la administración pública con propuestas de impacto que puedan revertir la situación.

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig anunciaba hace unos días la intención del Gobierno de aprobar una nueva orden de ayudas para comprar visores y más medidas de control para utilizar contra los conejos. Estas, sin embargo, aún no son todas las ayudas que los agricultores necesitan y, según parece, llegarían demasiado tarde. Por este motivo, la patronal pide simplificar los trámites para actuaciones que vayan más allá de las batidas nocturnas, que actualmente son insuficientes. En concreto, Unió de Pagesos habla de la posibilidad de colocar trampas y que las ayudas para la compra de protectores en las fincas sean efectivas. «La ayuda saldrá en septiembre, pero los árboles de este año los hemos plantado en enero con sus protectores», expone el coordinador territorial de la Unió de Pagesos en la llanura de Lleida, Néstor Serra. De hecho, él mismo admite que hay «muy buena predisposición y diálogo por parte del consejero», pero lamenta el «vacío» que hubo entre el fin de la emergencia cinegética el 30 de abril y la presentación del nuevo Plan de Control Poblacional (PCP) para hacer frente a la superpoblación de conejos.

Vides de uva con la base roída en Verdú, en el Urgell / ACN (Roger Segura)
Vides de uva con la base roída en Verdú, en el Urgell / ACN (Roger Segura)

La difícil situación de los agricultores

Boleda explica que en el coto de caza de Verdú a menudo invitan a cazadores con hurones para capturar conejos y organizan batidas nocturnas para atrapar a los animales. Cada día calcula que se cazan un centenar de conejos solo en este municipio del Urgell, donde las madrigueras proliferan en medio de los campos, en zonas de bosque o en taludes próximos al canal Segarra-Garrigues. Esta es una situación complicada de gestionar, ya que la gran cantidad de animales hace casi imposible poder controlarlos a todos. No solo eso, sino que Boleda también confirma que las balas utilizadas -del calibre 17- cuestan alrededor de 52 euros y que este es un gasto que deben asumir los mismos agricultores. «La administración nos tiene que pagar todas las balas, ya que los conejos los tenemos que matar nosotros, y hacer venir al personal de Forestal Catalana y a los Agentes Rurales. Si no quieren poner fosfuro de aluminio por temor de los ecologistas o los animalistas, al menos que maten conejos selectivamente», defiende el portavoz de Pagesos o Conills.

Así pues, Boleda confirma la falta de actividad por parte de la administración pública y asegura que «desde que está el nuevo Gobierno se ha dejado de actuar y, en lugar de ir a más, se ha ido a menos». Además, denuncia que el personal de Forestal Catalana ha dejado de hacer cacerías nocturnas y el conejo «lo está aprovechando» para roer la viña y los frutales, una vez que ya ha arrasado algunos campos de cereal. «Ponemos protectores y repelente, pero no hay manera», lamenta el portavoz de la entidad.

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