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Los vinos desalcoholizados ganan terreno en el mercado a pesar de las reticencias

«¿El vino desalcoholizado es vino?». Con esta pregunta, Eloi Montcada, clúster manager de Innovi, da inicio a la jornada INNOTAST: La desalcoholización de vinos, una oportunidad estratégica para el sector catalán. No es ningún secreto que las nuevas tendencias del mercado del vino mundial han puesto los vinos sin alcohol en el punto de mira. El auge de las bebidas 0,0 entre los jóvenes y el giro que experimenta la sociedad hacia el consumo de alcohol son solo algunas de las razones por las cuales países como Alemania o Estados Unidos ven los vinos desalcoholizados como una salida factible para paliar los efectos de la caída del consumo del vino. Mientras tanto, el sector vitivinícola catalán todavía reflexiona sobre la pregunta que plantea Montcada. Hay quienes alaban la iniciativa de desalcoholizados y otros la ven como una manera más de demonizar el consumo de alcohol. Sin una respuesta clara, pero ante un contexto de crecimiento irrefrenable de esta clase de bebidas, las bodegas catalanas deben tomar una decisión clave para las próximas décadas: ¿es el vino sin alcohol vino?

El informe elaborado por Innovi que se presenta en esta jornada es claro: el vino sin alcohol tiene un potencial de crecimiento hasta 2030 de 2.600 millones de euros. Sin embargo, el papel que quieren jugar las bodegas catalanas en esta partida aún no se ha decidido. Mientras empresas vitivinícolas grandes como Torres o Raimat hace tiempo que han elaborado gamas de vinos sin alcohol, la mayor parte del sector los ve con recelo. La realidad es que el proceso de desalcoholización todavía es muy costoso para buena parte de las bodegas catalanas, ya que muchas de ellas son pequeñas y medianas empresas que necesitan un motivo fuerte y de éxito para invertir su dinero. Más allá de eso, también hay dudas sobre si entrar en este mercado supone una traición a la tradición que siempre abandera este sector. Sin ánimo de resolver estas dudas, Gerard Pujol, project manager de Innovi, presenta las conclusiones de su informe, donde básicamente analiza por qué los vinos sin alcohol se han convertido en un buen aliado para los mercados vitivinícolas de otros países.

Comenzando por Alemania, Pujol concreta algunos datos que son útiles para hacerse a la idea de lo que los vinos desalcoholizados suponen para un país que ha reducido drásticamente sus importaciones de vino en los últimos años. Actualmente, menos del 1% de los vinos que se consumen en Alemania son desalcoholizados. Aun así, la cifra sube hasta el 5% si solo se tienen en cuenta los espumosos. Dado que los alemanes han dejado de ser los principales compradores de vino catalán y sobre todo de espumosos -los datos que facilitaba la DO Cava en los resultados de 2024 apuntaban a una caída de más de 50%- es interesante reflexionar si en un contexto de crisis de consumo, los vinos desalcoholizados pueden ser un salvavidas. «Hemos visto que el mercado alemán es una palanca de cambio», expresa Pujol, quien no determina si la venta de vinos 0,0 es la solución, pero los plantea como algo a tener en cuenta. De esta manera, también reconoce que la primera marca de vinos sin alcohol en el mundo es alemana y hace un siglo que elaboran esta bebida. Carl Jung tiene una buena acogida por los alemanes, lo que implica que puede haber una respuesta favorable del mercado si se comienzan a exportar estos productos.

Copas de vino, brindis
La Terra Alta celebra la primavera con un amplio programa de actividades | Foto: cedida

El siguiente caso expuesto -tal como se esperaba- son los Estados Unidos. El capitalismo feroz del mercado norteamericano se traduce en constante movimiento en términos de tendencias. Casi un 2% de los vinos que se venden en Estados Unidos son desalcoholizados, la cifra más alta de los mercados estudiados por el informe de Innovi. Pujol argumenta que en este mercado ya hay muchas empresas que elaboran vinos sin alcohol, incluso algunas start-ups han comenzado a vender esta clase de productos. Aún más, el project manager de Innovi habla de Null Studio, una empresa emergente norteamericana que ha tenido una gran acogida en el mercado por sus productos y que ejemplifica perfectamente la razón por la cual la reflexión sobre el vino sin alcohol debería estar presente en el sector vitivinícola catalán y español. «Esta empresa utiliza producto español; son verdejos sin alcohol», afirma Pujol, quien pregunta a los asistentes si esta es la posición que quieren jugar las bodegas catalanas en el mercado de los vinos desalcoholizados.

Una reducción del alcohol inminente

Más allá de las reflexiones sobre el vino desalcoholizado y su presencia en el sector de los vinos tradicionales, Pujol pone un dato sobre la mesa que parece difícil de ignorar. El cambio climático ha hecho estragos en el sector vitivinícola. Aparte de tres años de sequía, caídas en la producción y cosechas dañadas debido a los cambios drásticos de la meteorología. Aunque la situación esté más controlada, la realidad es que el cambio climático es inevitable y como tal Cataluña sufrirá un aumento de la temperatura de manera regular en los próximos años. Esta situación provocará que la fermentación se haga mucho más rápido, lo que podría suponer que se realice la vendimia antes o bien que los vinos tengan que pasar por algún tipo de proceso para bajar la graduación de alcohol: «La desalcoholización de los vinos catalanes se deberá tener en cuenta si queremos conservar su esencia», reflexiona el project manager de Innovi.

Una revolución de jóvenes

Otra de las razones que podrían hacer que los vinos desalcoholizados comiencen a ser un producto útil para las bodegas es su triunfo entre los más jóvenes. La generación Z ya no bebe tanto alcohol como sus padres, incluso han reducido la ingesta de bebidas alcohólicas más que los millennials. Actualmente, este no es un dato preocupante, ya que la gente más joven no es estrictamente el público objetivo de los vinos catalanes, pero a largo plazo se convertirán en ello. En el momento en que esta generación comience a interesarse por los elaborados vitivinícolas, podría ser que lo hicieran desde un punto de vista de moderación o incluso de prohibición del alcohol. Estas conjeturas ligadas a la clara tendencia de caída de la venta de bebidas alcohólicas entre los jóvenes hace pensar que los vinos sin alcohol podrían convertirse en un buen producto para introducir y mantener a la generación Z en el sector vitivinícola catalán.

Sea como sea, los vinos desalcoholizados son una tendencia que ha venido para quedarse. De esta manera, el informe de Innovi mantiene que los países que los han comenzado a introducir han podido ver una buena acogida por parte del consumidor. No obstante, es evidente que una bebida como esta puede crear cierta oposición en el sector. El último dato de Pujol es muy clarificador: «Solo el 0,13% de los vinos que se venden en el estado español son desalcoholizados». Es por eso que el futuro de los vinos sin alcohol en Cataluña aún es incierto, ya que por mucho que haya algunas empresas que ya apuestan por este formato, todavía hay mucha resistencia.

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