El Instituto Catalán de la Viña y el Vino (INCAVI) ha conseguido incorporar dos nuevas variedades tradicionales al Potencial Vitícola Catalán. Gracias a los estudios que ha llevado a cabo en colaboración con los consejos reguladores del Empordà y el Priorat, las bodegas y los viticultores, el Boletín Oficial del Estado ha publicado la inclusión de las variedades Cariñena roja (o «Cariñena gris») y Verdiell (o «Verdil») a la lista de variedades autorizadas en Cataluña. Un paso previo e imprescindible para que las Denominaciones de Origen interesadas puedan incorporarlas a su lista de variedades autorizadas. Con ellas, Cataluña cuenta con 61 variedades de uva autorizadas. En los últimos 10 años, se han podido incorporar 16 variedades al Potencial Vitícola Catalán.

Un proyecto destacado del Plan Estratégico de INCAVI
La apuesta por la identificación y preservación y el ofrecimiento al sector de forma más activa de variedades de viña autóctonas del país es entre los proyectos destacados de la estrategia #HoritzóINCAVI2025, como recurso para diferenciar competitivamente y contribuir a valorizar las producciones de vinos catalanes. Esta tarea es posible gracias a la investigación de los investigadores y a la nueva herramienta INCAVILAB para obtener un mayor conocimiento sobre el comportamiento y la resiliencia al cambio climático y la vinificación de variedades para dar respuesta a principales retos del sector: nuevos mercados, consumidores y la sostenibilidad completa, que pasa para avanzar en la generación de valor a las producciones catalanas.
El plan estratégico prevé que el INCAVI capitalice las variedades patrimoniales de viñas recuperadas de Cataluña. Ante el actual trámite establecido por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la directora general de la INCAVI, Alba Balcells, afirma que «instamos a la administración competente en cuanto a la identificación, evaluación e incorporación de variedades a ganar en agilidad y dinamismo para reducir los tiempos administrativos”. “Las múltiples variedades autóctonas y patrimoniales de uva del vino catalán nos aportan un valor que nos distingue del resto de países elaboradores, una singularidad que tenemos que trasladar a mercados y sobre todo al consumidores”, puntualiza Balcells.