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Cataluña produce vino de calidad, pero se vende demasiado barato

El Concurso Mundial de Bruselas es el punto de encuentro de profesionales vinculados al vino de todo el mundo. Este año, en la reciente convocatoria en Poreč, Croacia, se han reunido más de trescientas personas procedentes de una cuarentena diferente a países para formar parte del panel de cata. Desde Vadevi, hemos podido hablar con algunos de ellos -que viajan, prueban y conocen muchas realidades vitivinícolas del mundo-, interesados por su visión sobre el vino catalán. Desgraciadamente, aunque somos conscientes que no es ninguna novedad, muchas de las respuestas apuntan a una misma dirección: hay una excelente relación calidad-precio de los productos, sea dicho de otra manera, se hacen vinos de muy buena calidad pero demasiado baratos.

«La imagen que se tiene no refleja la realidad»

Jeff Jenssen, crítico de vinos norteamericano, se confiesa un «enamorado» de los vinos catalanes y de las islas baleares. Vive con un pie en los Estados Unidos y el otro en Málaga, y destaca con esta cabecera una particularidad que considera muy positiva respecto a su país de origen. «Aquí se pueden conseguir fácilmente vinos de largas crianzas, en Nueva York, en cambio, es muy complicado encontrar añadas anteriores en 2021». Además, «puedes encontrar reservas y grandes reservas en precios muy ajustados«, añadirá. Preguntado sobre las burbujas, dice que le «encanta el cava y Corpinnat«, añade. «El cava es perfecto para tomar cada día, es muy refrescante y fácil, y hace un buen maridaje con las tapas», concluirá.

Desde Alemania, Thomas Brandl, añade otro valor a la ecuación. «Desafortunadamente, la imagen que se tiene del vino no refleja la realidad del sector en las diversas regiones de origen», dirá. Se refiere mayoritariamente al vino español, pero señala que desgraciadamente el vino catalán no es una excepción. «Se elaboran grandes productos, pero no se hacen pagar al precio que merecerían por el alta calidad que tienen».

«En Hungría tenemos una amplia diversidad de vinos españoles y en general son muy asequibles», añade Balázs Jenei, que viene al CMB desde la capital húngara. «Es fácil conseguir vinos del Priorat u otras regiones reconocidas por precios que van de los 20 a los 50 euros», comenta. También menciona los espumosos. «Hay un boom en el consumo de cavas, en Hungría«, comparte. «La mayoría de burbujas que llegan a nuestro país son de buena calidad», y además, añade, «tienen precios mucho más ajustados que el champán o lo franciacorta«. En el caso de los espumosos incluye una nota personal: el día de su boda brindaron con un vino de Raventós i Blanc.

Auge de vinos de la más alta gama

El chileno Eduardo Moraga escribe a la Revista del Campo, el suplemento del diario Mercurio. Conoce sobre todo el vino catalán gracias a Familia Torres, que tiene uno de sus grandes proyectos en Chile. «Es uno de los grandes elaboradores de nuestro país, y en extensión, conocemos bien los proyectos que tiene en marcha en el Penedès, Priorat, el trabajo con las variedades recuperadas…», explica. Menciona también los espumosos y confiesa estar en el día de las escisiones que ha habido en los últimos años. «Creo sinceramente que es un tema que nosotros conocemos, pero que no parece preocupar demasiado al consumidor final, como mínimo, no lo veo así en el mercado chileno», dirá.

Mike DeSimone es el crítico de vinos españoles por la prestigiosa revista norteamericana Wine Enthusiast. «Una de las características que los definen es que son productos de gran valor«. Y se explica. «Al mercado norteamericano es muy fácil encontrar vinos de alta gama por unos 35 dólares, y esto es un precio que se considera barato entre el consumidor local». «De todas maneras, añade, estamos percibiendo un cambio, y es que vinos de pequeñas parcelas, de autor…, por ejemplo, de regiones como el Priorat están haciendo valer su más alta gama», y esto hace que, según el crítico, entren al mercado vinos de precios más elevados. «La calidad siempre hay estado, y ahora estos vinos de colección están resultando atractivos, como mínimo, para el mercado americano«.

El Concurso Mundial de Bruselas lleva la 31.ª edición en México

Una vez finalizada la jornada más multitudinaria del Concurso Mundial de Bruselas -la que ha evaluado poco más de siete mil vinos entre las tipologías de blancos y negros-, se ha hecho público el destino de esta misma convocatoria correspondiente a la 31.ª edición. La ciudad de León, en el Estado de Guanajuato de México, será los días 7, 8 y 9 de junio la sede del CMB 2024. Todo ello, siente la segunda vez que el concurso sale de Europa -ha habido una edición en China-, y la primera que se celebra a América.

El estado de Guanajuato tiene una extensión de 485 hectáreas de viña plantada y una proyección de un centenar más y produce anualmente más de 1,2 millones de litros de vino a partir de variedades internacionales como el Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Malbec, Chardonnay y Sauvignon blanco. Todo ello, lo convierte en el quinto productor de uva y el cuarto elaborador de vino de todo México.

Diego Sinhue, gobernador de Guanajuato, comparte con Vadevi la satisfacción para acoger un acontecimiento con tanta proyección como lo CMB. «Somos un país de larga tradición vitivinícola, y a pesar de que en los últimos años se ha perdido en gran parte este enlace con la viña y el vino, estamos en camino de recuperarlo», explica. Por eso, añade, «recibir la gran delegación de catadores y profesionales del sector será una fantástica oportunidad para mostrarnos al mundo y para permitir que nuestros elaboradores hagan red con prescriptores, comerciales y distribuidores de todo el planeta».

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