Las condiciones climáticas cambiantes y la sequía, efectos directos del calentamiento global, están afectando las viñas de nuestro país y todo el mundo, a su manera, busca como contrarrestar este impacto. Este fue –vinos a parte claro está– el elemento central de la presentación de las nuevas añadas de Antología Miguel Torres que tuvo lugar este martes en la bodega familiar de Pacs del Penedès.
Una sesión de cata donde Familia Torres mostró las últimas encarnaciones de las elaboraciones que marcan más su identidad y que, como no podía ser de otro modo, también reflejan su trabajo mirando no solo su pasado centenario sino, especialmente, al futuro, y donde los cambios en la manera de trabajar, especialmente en cuanto a la agricultura regenerativa, se hacen cada vez más y más presentes. Unos vinos ‘premium’ trabajados mirando hasta el último detalle las circunstancias específicas de cada uno.
El director general de Torres, Miquel Torres Maczassek; y su director técnico, Josep Sabarich, explicaron extensamente las características de cada finca, de cada variedad, de la meteorología del año en concreto y también los procesos de elaboración de los nuevos Milmanda, Mas La Plana, Reserva Real, Grans Muralles y Mas de la Rosa, nombres propios del vino catalán y que son una parte importantísima de la historia de esta bodega familiar.
Milmanda 2020, conservando la frescura de la primavera
De unas viñas de chardonnay plantadas en la Conca de Barberà entre los años 70 y 80 y trabajadas según los preceptos de la viticultura regenerativa llega un vino blanco al que, después de un invierno seco, una primavera muy lluviosa permitió un crecimiento más tranquilo y que le da una frescura que fue conservada gracias a una vendimia algo más temprana de lo habitual para que el calor y la sequía del verano no le sacaran aromas y ácidos. En el primer año sin fermentación malolàctica y con unas barricas de roble pensadas expresamente para que no aportaran muchos tostados ni aromas, el Milmanda 2020 es un vino aromático, con matices de fruta a juego con vegetales y madera cruda y que sorprende en boca, en comparación con el aroma, por su tensión.
Mas La Plana 2019, un monovarietal con muchos matices
A pesar de la poca lluvia y el calor de aquel año en el Penedès, el mayo y el agosto de 2019 permitieron que las viñas de cabernet sauvignon de Mas La Plana, trabajadas con las técnicas de la viticultura regenerativa, recuperaran el vigor. A pesar de ser un monovarietal, la diversidad de la finca da muchas posibilidades enológicas en la hora de elaborar el vino, que Sabarich definió como uno «
Reserva Real 2019, el fruto de unos suelos especiales
Este vino exclusivo está cambiando lentamente a cada añada a causa del cambio climático. Las proporciones de esta cupada de cabernet sauvignon, cabernet franc y merlot están variando y, a pesar de que continúa siendo principalmente sauvignon, el franc, más resistente a la sequía, está ganando espacio al merlot, que sufre más. En un año como el 2019 poco lluvioso, pero con precipitaciones relativamente normales durante el periodo vegetativo, el suelo mineral, a partir de pizarras del siluriano, hace 440 millones de años, únicas en todo el Penedès, pudieron aportar el máximo de su carácter. Este vino fue más trabajado en la barrica, con microoxigenación, puliendo los taninos y con una crianza más larga que los anteriores. Esto hace que sea más complejo que el Mas La Plana, con más estructura y longitud tánica.
Grans Muralles 2019, frescura mediterránea
A los pies de la sierra de Prades, en la Conca de Barberà, con un microclima muy particular, Familia Torres elabora el Grands Muralles, una cupada de garnacha, cariñena, monastrell y las variedades recuperadas querol y garró. Un vino surgido de unas viñas en suelos profundos, que les permiten aguantar mejor la sequía y les dan una gran frescura mediterránea. A pesar de la poca lluvia de 2019, la garnacha ha dejado su perfume y los afrutados, mientras que la cariñena le da la mayoría de la personalidad, la longitud y la acidez, matizada y complementada por las variedades ancestrales. Una cupada que le aporta aromas de frutas rojas, negras y silvestres, a que se añaden los taninos de la bota, pero que, en cambio, tiene una gran frescura en boca.
Mas de la Rosa 2020, una añada excepcional
El Mas de la Rosa es una pequeña finca de Porrera, en el Priorat, de donde salen ediciones limitadas de un vino que, el 2020, dio una añada excepcional. Las lluvias abundantes permitieron a las viñas llegar descansadas en verano y que la cosecha sea excepcionalmente fresca. Después, con una producción muy artesana y un trabajo muy menor a la bodega, se quiso dar el mejor de la tierra, expresar su carácter al máximo y evitando que la maduración escondiera el resto de las características de un vino de que, a Familia Torres, están especialmente contentos. Un Mas de la Rosa con aromas perfumados y limpios, con poca estructura y con muchísimos matices de mineralidad que acaban de redondear el que, probablemente, es la mejor añada hecha hasta ahora con las 1,86 hectáreas de esta finca histórica.
